Para muchas personas las fronteras carecen de significado y eso lo demuestra con creces Zsófia Pirók. Esta bailaora húngara de 22 años sabe mimetizarse entre el ambiente y arte andaluz como si hubiera nacido aquí, y es que cada vez más y afortunadamente: el flamenco es universal.
Anoche, Zsófia Pirók fue la encargada de abrir las noches de flamenco de la Sala Garufa en (situada en la calle Jiménez Aranda, 5) que harán las delicias de todos durante todos los viernes de abril. Acompañada por un gran equipo musical, al cante por Pilar Campallo, a la guitarra por Juan José Bando y con Sergio Fernández, de Uruguay, en la percusión; Zsofia dio un espectáculo muy completo entre soleares por bulerías, bulerías, alegrías y fin de fiesta que dejó a todos boquiabiertos. La fuerza con la que taconeaba sobre el escenario no dejó indiferente a nadie, y sus movimientos limpios y estudiados reflejaban la profesionalidad de esta bailaora.
Zsófia Pirók es un ejemplo claro de que quien la sigue la consigue, porque que su familia en Hungría pertenezca al mundo de la danza no ha sido lo delimitante para que ella se esté haciendo un hueco en el flamenco, sino su ímpetus, constancia y entrega. Nervión al día tuvo la oportunidad de hablar con ella tras el espectáculo para conocer un poco más de esta húngara que apunta muy alto.
Especialmente el flamenco. Yo empecé a aprender flamenco con mi madre en Hungría y llegó un momento que decidí que quería dedicarme al flamenco profesionalmente, hice el bachillerato rápido y me vine a Sevilla. Principalmente vine por el flamenco pero también para independizarme y aprender español.
¿En qué palo del flamenco te sientes más cómoda?
A mí me gustan casi todos los palos si están bien hechos, pero la solea por bulerías es lo que más me gusta. También me encantan las seguidillas pero todavía siento que no tengo la madurez, la fuerza y la edad para bailar una seguidilla como a mí me gustaría. Las alegrías me gusta bailarlas después de un palo jondo, porque con un palo jondo siento que puedo expresar mis sentimientos al público, me siento tan libre y tan ligera que es una necesidad para mí.
¿Cuáles son tus planes de futuro?
Yo tengo muchos planes pero sobre todo quiero profesionalizar lo máximo posible mi conocimiento sobre el flamenco, aprender mucho y después viajar con el arte. Quisiera conocer el mundo por el flamenco y tener amigos en este mundo.
¿Qué puedes contar del espectáculo de hoy?
En el espectáculo de hoy participaron unos artistas muy buenos, de parte del cante vino Pilar Campallo, perteneciente a la familia Campallo. A la guitarra Juan José Bando guitarrista estupendo de Dos Hermanas y a la percusión Sergio Fernández que viene de Uruguay. Ellos son mi grupo actual.
Hace poco presentamos un espectáculo en la Casa de la Cultura de Valencina con el motivo del día de la Mujer Trabajadora, con la mujer como elemento central, y lo de hoy ha sido un trozo de ese espectáculo.
¿Por qué te has aventurado a investigar y estudiar el flamenco siendo de Hungría?
Mi madre es bailarina de clásico y ballet, desafortunadamente se rompió un pie en un accidente y no podía ponerse más las zapatillas de punta. Entonces como quería seguir bailando tuvo que buscar otros estilos de bailes, conoció muchos estilos, muchos que no existían en Hungría y tenían que venir profesionales de fuera y así conoció el flamenco. En ese momento no había nada de flamenco en Hungría. Le gustó tanto que quiso profundizar y en el 1998 vinimos dos meses a Sevilla y tomó clases intensivas. En ese momento yo tenía ocho años y recuerdo cómo me emocionaba viéndola bailar en la escuela de Matilde Coral. Dicen mis padres, yo no me acuerdo, que en ese momento dije que de mayor iba a vivir en Sevilla.
Empecé a dar clases con mi madre y Carmen Segura, directora del Conservatorio de Danza de Sevilla, me informó de que en Sevilla había un conservatorio donde estudiar el flamenco como profesión. Eso me parecía increíble, era lo que yo había soñado siempre pero como estaba en Hungría, pensaba que mi profesión iba a ser el folklore de Hungría, así que no me lo pensé y me vine a Sevilla. Para mí era una prueba hacer todo esto.
No puedo entender como a alguien no le puede gustar el flamenco. No me entra en la cabeza porque creo que el flamenco tiene un poco de todo. Se trabaja con energía, emociones, técnicas, con el cuerpo, la cara, está presente siempre la música, el cante…es súper completo. Entonces si a alguien no le gusta el flamenco significa que no le gustan ninguna de las cosas anteriores y eso es imposible creo yo, algo de eso tiene que gustarte.
Durante todo el mes de abril va a haber en la Sala Garufa espectáculos de flamenco. La entrada, que puede ser retirada hasta el mismo momento del comienzo de la actuación hasta llenar aforo, tiene un coste de seis euros; al igual que el resto de actuaciones durante este mes de abril:
Viernes 5: Recital de cante de Cristina Soler.
Viernes 12: Conchi Murcia y Eve Rosenbloom.
Sábado 13: José Galván y su cuadro.
Viernes 26: Helena Cueto.
El resto de las imágenes del espectáculo en la galería de imágenes de Facebook de Nervión al día, no te la pierdas: Galería
Laura Liñán