Periodista y músico, unidas ambas facetas a fuego desde hace mucho.
El ayuntamiento devuelve la vida a la plaza de la Estación de Cádiz después de meses de olvido convertida en un secarral.
Esta mañana los operarios trabajaban en la plaza para volver a activar los estanques, una vez limpios después de meses de abandono y suciedad. Antes, Parque y Jardines había llenado los parterres de nuevos árboles y un sinfín de pequeños arbustos y flores.
La plaza dedicada a los bomberos Del Toro y Rivero había llegado hace unos meses a su mayor nivel de degradación. Los vecinos no comprendían cómo la plaza más joven del distrito podía mostrar un aspecto tan descuidado. La pandemia incrementó su mal estado y vimos sus estanques vacíos y llenos de basura, los parterres solo con tierra y los pocos árboles que había, secos; y los maceteros convertidos en papeleras del botellón sin plantas que alojar. Incluso uno de los muros de los quioscos se convirtió en refugio para un indigente. [Sigue leyendo tras la foto]
Pero esta mañana el aspecto era muy distinto. Los estanques volvían a estar llenos de agua clara, y de los chorros laterales brotaba agua para hacerla correr (aunque quedan hojas secas en el fondo, aunque es comprensible por la época del año). Los parterres son quizá el aspecto más notable en cuanto a los cambios. Hay árboles recién plantados en todos ellos, y la tierra está cubierta de hileras de pequeños arbustos y plantas con flor en tonos malva, amarillo, rosa, rojo… También hay instalado en todos ellos un sistema de riego para que esta plaza no vuelva a convertirse en un secarral. También hay novedades en los maceteros que pueblan la plaza, que ahora tienen laureles recortados en forma cónica.
Parara terminar, se aprecia movimiento en los dos quioscos que hay en la plaza, por lo que la concesionaria podría estar realizando trabajos de cara a abrirlos en un futuro no muy lejano. Igual que hemos denunciado desde este periódico el mal estado continuo de esta plaza, hoy contamos el buen trabajo que se ha realizado en ella en los últimos días. Lo único que faltaba esta mañana era que la gran «M» metálica que preside este espacio volviera a arrojar su chorro de agua al estanque a modo de cascada.
