Isabel Jiménez Montes tiene 25 años. Cuando residía en Nervión, vivía en José Saramago, el que sigue considerando su hogar. Su «otra» casa desde hace 5 años está en Mannheim (Alemania), a donde llegó en 2011 con el estuche de su violín para hacer un master. Continuó estudiando el postgrado de “Orchestersolist”, para formar puestos de liderazgo en orquestas, y desde el presente semestre lo compagina con el postgrado “Solistisches Ausbildung”, orientado a solistas.
¿Por qué te fuiste? En música es una opción normal «irse fuera». Existían otras alternativas… Pero quería vivir el reto de vivir en un país diferente, intentar adaptarme. Nunca fui un músico anhelando entrar en una orquesta o ser solista o… Soy un músico de «y», no de «o». Deseo enseñar, tocar en orquesta, tocar sola… Y eso resulta difícil de entender, hasta para mí misma. Requiere muchos viajes, con lo que vivir en el centro de Europa es una ayuda tremenda.
¿Qué echas de menos de tu barrio? Principalmente son personas las que convierten un lugar en único. Tanto gran parte de mi familia como amigos de toda la vida se encuentran en Nervión y aún los que no están ahora, al llegar de nuevo se les recuerda como si no hubiese pasado el tiempo. Otra cosa que echo de menos es el sol, pero no cualquiera, me refiero al que entra por mi salón después del mediodía…
¿Qué has descubierto fuera de tu barrio? ¿Qué hay allí que no tenga nada que ver con lo que veías como algo normal aquí? Desafortunadamente el número de sonrisas es menor. Aquí no se hacen visitas sorpresas…»¡Mira! ¡Pasaba por aquí…!”. Todo es menos espontáneo, quizá el clima influya también, con este frío se está mejor en casa. Las tapas… no hay, lo intentan pero no funciona ya que el precio es tres veces mayor con lo que resulta difícil salir a “tomar algo” sin gastar un buen pellizco.
¿Has encontrado lo que esperabas? ¿Cómo es tu vida allí? Mi mayor intento siempre fue no tener expectativas. Voy a la aventura. Observo, conozco, convivo, estudio… después voy decidiendo lo que creo que es bueno y rechazando lo que creo que no lo es tanto. Mannheim es mi casa, mi punto de encuentro entre tanta ida y venida. Mi vida aquí es más tranquila. Personalmente en estos años me he encontrado a mí misma y mi futuro lo veo día a día con más claridad. Profesionalmente, gracias a haber salido tengo más facilidad para buscar proyectos y encontrarlos. Me ha permitido vivir experiencias fantásticas y me permite viajar a lugares a los que nunca pensé llegar.
¿Cómo presumes de tu barrio en tu nueva ciudad? Esta pregunta es fácil y corta. El otro día, invitando a unos amigos a visitarme en verano, hablando de cómo es… no dije nada. Una sonrisa descomunal de enamorada y todos comenzaron a reír.
¿Cómo ves desde fuera la situación de tu barrio comparándolo con el lugar donde estás ahora? En Nervión empezó todo para mí. Mi colegio, mi primer conservatorio, mis primeras salidas (al cine), hasta el campo de mi equipo se encuentra en el barrio (aún sin gustarme el fútbol y solo en honor a mi abuelo). Todos mis primeros recuerdos están allí. Es un barrio de trabajadores y emprendedores. Decirlo con la crisis es difícil, pero no hay más que volver la vista atrás. Compañeros-as de madres-padres trabajadores, que continúan a día de hoy. Y compañeros-as que luchan todos por un futuro a pesar de las desavenencias. No puedo comparar porque esas experiencias son únicas.
¿Vas a volver? A día de hoy es cuando valoro de verdad todo lo que tuve y de dónde vengo. De lo que soy muy consciente es, que viva donde viva, siempre vuelvo y siempre volveré, y con cada ida aprovecho al máximo. Aún no está decidido dónde me voy a establecer definitivamente. No quiero decir no a España pero de momento no veo una salida allí.
¿Recomendarías a alguien irse fuera? ¿Por qué? Definitivamente. Ya sea por corto o largo plazo. Es una experiencia que puede resultar positiva o negativa, pero nunca tan negativa como para no aprender algo de ella. Intentar adaptarse, comprender una cultura diferente, distintos modos de trato entre personas así como una lengua diferente, te ayuda como mínimo a ponerte en la difícil situación en la que se encuentran miles de personas en busca de una vida mejor y un futuro para sus familias.