Muchas novedades traía este año el Corpus en la ciudad. Además del desfile militar y la jura de bandera en la Plaza Nueva, en el terreno cultural se recuperan este año los autos sacramentales. Y qué mejor que hacerlo con El gran teatro del mundo, de Pedro Calderón de la Barca, que se representa desde mañana por la noche en el compás del Monasterio de San Clemente.
Los autos sacramentales nacieron en la Edad Media con la intención de aleccionar a un pueblo analfabeto en temas religiosos, y la festividad del Corpus solía ser una buena ocasión para ello. En el Siglo de Oro, pequeños carromatos se desplazaban por la ciudad hasta las fachadas de iglesias y conventos, y allí se realizaban las representaciones. En el caso del auto sacramental que nos ocupa, Calderón de la Barca hace una profunda reflexión no solo sobre la religión, sino también sobre la moral, la filosofía y el mundo que nos rodea.
La Compañía Gulliver ha sido la elegida por el Ayuntamiento de Sevilla para abrir de nuevo la puerta del esplendor de los autos sacramentales en la ciudad. Gulliver nació el año pasado como empresa realizando visitas históricas a la ciudad. Gulliver quiso entonces realizar un espectáculo de más profundidad para dar a conocer la historia de la ciudad, y pensó en la recuperación de los autos sacramentales con motivo del Corpus. La obra está dirigida por el joven Manuel A. Jiménez.
Los actores forman parte tanto de la empresa como de la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, y cuentan también con música en directo, como se hacía en la época. Una obra universal en un marco hermoso y que invita al recogimiento como el compás del convento. La idea es llevar esta obra por distintos puntos de la geografía española y representarla siempre en exteriores, liberados de las paredes del teatro y buscando derribar la cuarta pared haciendo al público partícipe de la obra. El gran teatro del mundo estará en el compás del Real Monasterio de San Clemente los días 2, 9 y 14 de junio. Las entradas cuestan 10 euros.
R.N.
