De las crónicas antiguas se pueden extraer historias que nos hablan de un pasado desconocido de nuestros barrios. En este caso nos centraremos en el barrio de La Calzada, arrabal hoy presidido por la Parroquia de San Benito y que probablemente sea uno de los terrenos habitados más antiguos de nuestro distrito. Os vamos a contar algunas curiosidades.
Los 51 mártires
Algunos autores, aunque no hay unanimidad, nos dicen que en los terrenos hoy de La Calzada hubo en su día un monasterio llamado de San Cristóbal. Este monasterio, que habría estado rodeado por un conjunto de casas, habría dado origen al barrio nada menos que en el siglo VI. Era un monasterio fundado por los visigodos en el año 580, que estuvo en activo hasta la invasión musulmana en el 711, cuando dicen que el Abad Félix y sus 50 monjes fueron asesinados. Algunos explican a partir de este suceso la denominación de la ‘Plaza del Sacrificio’.
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El bosque de alerces
Cuenta Félix González de León en sus escritos que antes de que existiera el barrio, había en este terreno un bosque de alerces, y en el siglo XIX quedaba uno de ellos, enorme, que los vecinos decían que estaba allí desde tiempos de los romanos. Como curiosidad, estos árboles fueron muy ilustres, ya que de ellos salió la madera con la que, en parte, se construyó el retablo mayor de la Catedral de Sevilla.
El convento de los monjes en batalla
Antes de que existiera el Convento de San Benito del que hoy solo nos queda la iglesia –parroquia a día de hoy-, estuvo en ese mismo lugar el Convento de Santo Domingo de Silos. Este cenobio, uno de los más importantes de la ciudad, fue construido por los monjes que acompañaron a San Fernando en la Reconquista de la ciudad. En señal de gratitud, el Rey Santo les regaló estos terrenos. Dicen que allí se realizó la primera misa de acción de gracias tras la rendición de Isbilia.
El nacimiento de la hermandad del Señor de Sevilla
La hermandad del Gran Poder se fundó en el siglo XV según definen los propios hermanos, dos siglos antes de que Juan de Mesa tallara al nazareno. Nació como hermandad de luz en un lugar muy lejano a San Lorenzo, precisamente en ese convento de Santo Domingo de Silos sobre el que hoy se asientan los cimientos de San Benito. A finales de ese mismo siglo, la hermandad abandonó la lejanía para irse al antiguo barrio de San Juan de Acre. Al contrario, la hermandad que hoy reside en La Calzada, no se fundó en este barrio sino que su origen está en Triana. Por eso a la Virgen de la Encarnación se la llama popularmente como ‘la Palomita de Triana’.
Un nombre obvio
El nombre que ha trascendido hasta hoy, el de La Calzada, se debe a una cuestión obvia y real. Bajo la primero calle Oriente y hoy Luis Montoto, discurría una calzada romana imponente que salía de la Híspalis romana como principal camino. Con el paso del tiempo, se respetó la calzada como vía de salida convirtiéndola en calle, y el barrio que la custodiaba tomó su nombre.
Un pasado industrial
Donde hoy se alzan los Jardines de la Calzada, frente a la Estación de Santa Justa, en su día se vivía el bullicio industrial del barrio. Aunque es difícil recuperar su memoria, sí que sabemos que aquí se encontraban dos fábricas: una dedicada a la aceituna y otra al corcho. Carlos Arenas, respecto al aceite, dice que “el barrio de La Calzada era uno de los mercados aceiteros más importantes del mundo”.
Miguel Pérez Martín