Situado en el número 12 de esta calle que da nombre a uno de los barrios con más solera del distrito de Nervión, ‘Sana, sana’ es el “sueño hecho realidad” de Eduardo Carnerero, regente de un bar de tapas peculiar en el que su pasado está muy presente. No en vano, este farmacéutico con más de 20 años de experiencia como visitador médico ha hecho de su ilusión de toda la vida su actual trabajo.
Rodeado de probetas, vasos de precipitados, tubos de ensayo, fonendoscopios o material quirúrgico, Eduardo, al que las circunstancias en la vida le llevaron a cambiar de oficio, ejerce la hostelería en un enclave singular, donde da rienda suelta a una de sus pasiones: la cocina. “Hace un tiempo me quedé en paro y como me gusta la cocina decidí montar un restaurante. Ha sido el empujón que necesitaba para decidirme y estoy plenamente satisfecho, porque es una cosa que me gusta y cuando haces una cosa que te gusta estás feliz”, confiesa Eduardo, quien ha preferido dedicarse a los fogones antes que continuar ligado al mundo de la medicina.
Un ámbito del que no se ha desligado definitivamente, en tanto que a ‘Sana, sana’ no le falta un solo detalle en cuanto al material médico se refiere en su decoración, elementos que hacen inconfundible a un lugar en el que la comida tradicional es la base de su menú. “En nuestra carta puedes encontrar de todo, pero quizás nuestro plato estrella sea el menudo de ternera; de hecho, el mejor menudo de ternera de Sevilla. Y no lo digo yo, sino los clientes, que salen muy satisfechos con este plato”, destaca sobre una nutrida y variada carta de platos entre los que se pueden encontrar albóndigas de choco con salsa de gambas y langostinos, menudillos de pollo, asadura, riñones al Jerez, carrillada mozárabe, mollejas de cordero, pollo a la naranja, lomo de potro, buey de mar relleno, atún encebollado, atún rojo a la plancha o el Ratatouille –pisto tradicional de la Provenza de Francia tipo musaka-.
Una variedad aderezada con una excelente atención que ha hecho en los poco más de seis meses que el establecimiento lleva abierto un paso obligado para todo aquel que pasa por San Bernardo. Un barrio y una calle de la que quedó prendada nada más pisarla: “Estuve viendo varios locales, sobre todo por Nervión, aunque también por Triana y Los Remedios. Me gustó por el entorno. Es una calle que me enamoró y que tiene un especial encanto”, asegura sobre el lugar donde se encuentra afincado el local, al que tuvo que dar un severo lavado de imagen: “Lo cambiamos todo, de arriba abajo. No creí que pudiera quedar así, pero hemos hecho un gran trabajo”.
Así, con una dedicada distribución en la que se crea dos ambientes con mesas bajas y altas para “dependiendo de lo que quiera cada cliente sentarse a comer o tapear de forma más informal”, ‘Sana, sana’ cuenta también con una peculiaridad que se puede encontrar en muy pocos bares de nuestra ciudad, estos es, cerveza y pan sin gluten para celíacos. Y es que la salud está muy presente en este lugar en el que si la habitual clientela es de media y avanzada edad, también ha promovido una iniciativa con la que los más jóvenes de la ciudad se acerquen: los martes universitarios. Un día en el que se ofrece un menú –que varía cada semana- en el que por 15 euros –todo incluido- te sirven una ensalada, dos raciones y cuatro bebidas.
Precios anticrisis con los que disfrutar de una buena comida cocinada y servida por un gran equipo de profesionales que, encabezado por el propio Eduardo Carnerero y completado por los cocineros Sara y Pepe y las camareras Sara, Nana y Almudena, no te provocarán dolor de barriga y tener que recitar el tan típico ‘Sana, sana, culito de rana’.
Alfonso González