¿Puede el cierre de San Roque salvar el Convento de San Leandro?

Triduo de Gracia y Esperanza en San Leandro
Triduo de Gracia y Esperanza en San Leandro. / HERMANDAD DE SAN ROQUE

Dicen que cuando Dios cierra una puerta siempre abre una ventana. Cuando se cerró la puerta de la Parroquia de San Roque por riesgo para los fieles y daños serios en la cubierta, se abrieron de par en par las del Convento de San Leandro. Olvidado, agonizante… ¿Puede el revés de San Roque llenar de vida el convento?

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No sabemos el tiempo que la Hermandad de San Roque estará en el convento custodiado por la Pila del Pato, ya que la corporación de la plaza de Carmen Benítez ha anunciado que es solo una medida provisional y que buscará otro templo en el que alojarse mientras duran las obras en San Roque. Sin embargo, la presencia de la hermandad y del Señor de las Penas, la virgen de Gracia y Esperanza y el Santo Crucifijo de San Agustín en la iglesia del convento ya son en sí un motivo de alegría.

El pasado diciembre, las monjas del convento sacaban a la luz el presupuesto que le habían dado para las obras urgentes de la iglesia y su propia casa: 66.000 euros. Inasumible para una comunidad religiosa que vive, principalmente, de la caridad y de la venta de los dulces que hacen en el obrador. El estado del convento es preocupante: una biblioteca con el techo desplomado, la iglesia con grietas donde cabe un brazo, una fachada que ha sido reforzada pero que está en cierto modo apuntalada y con riesgo de derrumbe, una planta alta que no se utiliza porque las monjas no saben si el tejado se les puede venir encima mientras duerme…

Por eso las monjas, que llevan tiempo lanzando un grito de socorro por una casa que en ciertas zonas es una trampa mortal, podrían ver ahora en la llegada de la hermandad un soplo de aire fresco. Desde la semana pasada, todos los titulares de la corporación del Domingo de Ramos están ya en la iglesia del convento. Durante esta semana se celebra allí el besamanos y los cultos del Señor de Las Penas y hace unas semanas se celebraron allí los cultos de la virgen de Gracia y Esperanza, ante el prodigioso retablo del templo. Un tráfico de gente al que las monjas no están acostumbradas. Quizá la presencia de una hermandad como San Roque en las naves del convento pueda ayudar a las monjas a salvar un edificio con la muerte en los talones.

Iniciativas para salvar San Leandro

No son las propias monjas las únicas que intentan salvar su casa y esta joya del patrimonio sevillano. Hace un tiempo, se creó una cuenta de Twitter exclusivamente para salvar el templo y echar una mano a las hermanas que residen allí, unas 24. Desde allí animan a todos los sevillanos a acercarse a visitar el convento, a comprar algunos de los dulces que venden las monjas o simplemente a dedicar algún donativo a las obras del edificio.

Por otra parte, desde hace un mes se organizan meriendas solidarias los fines de semana. Durante las tardes de sábados y domingos se pueden realizar visitas guiadas por la iglesia y otras estancias relevantes del inmueble para conocer el patrimonio arquitectónico y artístico de San Leandro, y luego degustar una merienda artesana en el compás del convento con los dulces que hacen las monjas en su obrador. Todo por un precio de 5 euros por visitante.

Puedes ver una fotogalería completa del besamanos del Señor de las Penas en nuestro Facebook.

R.N.

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