PSOE lamenta que Zoido se niegue a dar peso a la opinión de los consejos escolares para evitar chapuzas en las obras en los colegios

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CEIP Paulo Orosio, uno de los centros donde se han acometido las obras.

La concejala Adela Castaño presentó en el Pleno de ayer una moción destinada a garantizar la participación activa del consejo escolar de cada centro en la detección de necesidades de conservación, la priorización de intervenciones, la supervisión de proyectos, el seguimiento en la ejecución y, sobre todo, en la calidad y terminación de la obra ejecutada “de manera que no se recepcione por parte del Ayuntamiento o del distrito sin que cuente con el visto bueno de profesores y AMPA”.

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Con esta iniciativa, rechazada de plano por el Gobierno de Zoido, el portavoz socialista Juan Espadas pretende poner coto al “tarde y mal que nos hemos encontrado, en que la lenta tramitación administrativa del Gobierno acaba repercutiendo en prisas y en una mala ejecución y chapuzas que ninguno admitiríamos en nuestras casas y que sin embargo, en los colegios no tienen forma de rechazar”

El Grupo Municipal Socialista lamenta que la mayoría absoluta del Gobierno de Zoido rechazara en el Pleno de ayer la moción por la que se planteaba dar mayor participación y capacidad de decisión a los consejos escolares de cada centro en las obras de conservación y mejora que realiza el Ayuntamiento.

Con la propuesta defendida por la concejala Adela Castaño, se buscaba garantizar la calidad de las obras ejecutadas en los colegios mediante la conformidad en forma de informe emitido por el consejo escolar de cada centro, “una forma de control y validación de unos trabajos con los que hasta no cabe otra que aguantarse, se ajuste o no a la solicitud inicial de mejora o haya resuelto o no el problema que suponía”.

La moción se originó después de que el portavoz Juan Espadas y los concejales socialistas pudieran comprobar durante el verano y semanas antes del inicio de curso “el nivel de chapuza con el que se acaban las obras fruto de que la lenta tramitación administrativa por parte del Gobierno acaba metiendo prisas a las empresas, además de que las bajas en los presupuestos de adjudicación repercute tanto en los materiales que se utilizan como en las horas que pueden dedicar a los remates”.

Los colegios Federico García Lorca, Santa Catalina o el Paulo Orosio, son ejemplos de esta mala terminación de obras donde, por ejemplo, la ampliación solicitada de una sala para uso como biblioteca se limita al derribo del tabique, sin rematar o pintar paredes, sin arreglo de ventanas o persianas e incluso sin dar continuidad a la instalación eléctrica, como ocurre en el primero de estos colegios. En similares circunstancias se encuentra el Paulo Orosio de Cerro-Amate donde la bajada de oferta económica en la reposición de la valla perimetral dejó poco menos que la mitad sin ejecutar, además de aristas cortantes y huecos por los que caben cabezas de niños que la dirección del centro ya denunció.

“Ya no es sólo que en este curso se haya vuelto a incumplir en 37 colegios el compromiso de Zoido de hacer las obras durante el verano, sino que los centros educativos tienen ahora la preocupación sobre cuál va a ser el resultado final de los trabajos”, explica Espadas.

Por ello, la moción rechazada por el PP planteaba aumentar la participación de los consejos escolares de cada centro, tal y como permite la normativa, para que tengan voz y voto en todo el proceso que conlleva la realización de obras. “Hemos comprobado que no se informa a los colegios de los proyectos redactados para las obras que solicitaron, ni de quiénes son las empresas adjudicatarias. Hay huecos en la conexión con los centros que no cubren ni Edificios Municipales, ni el área de Educación, ni los delegados de distrito, fruto de los cuales se acaban recepcionando y pagando obras mal rematadas. No es normal que la comunidad educativa de un barrio se entere de lo que van a hacer en su colegio por la valla de obra. Y parece lógico que aquellos que van a sufrir unas obras y a convivir con el resultado tengan algo que decir”, concluye Espadas.

 

 R.N.

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