El Plantinar parece un barrio diseñado para el recogimiento. Cuando cae la noche, la escasa iluminación y las estrechas calles crean el clima perfecto para un viacrucis como el que La Hermandad del Sol rezó ayer por las calles de su feligresía.
Salía del templo 15 minutos después de lo anunciado, pero un cielo amenazante y unas cuantas gotas de lluvia media hora después de la salida provocaron que el cortejo acelerara el paso hasta San Diego de Alcalá, donde entró el Varón de Dolores pasadas las diez y media, un cuarto de hora antes de lo esperado.
El barrio salió para arroparlo y la gente que estaba en los veladores contemplaron el paso de las andas del titular de la Hermandad del Sol en una noche algo tenebrosa y con el cielo totalmente encapotado.
Pero a pesar de lo tardío que parece este viacrucis, en Nervión aún queda mucha Cuaresma. El martes toma el testigo el Cristo de la Sangre por las calles de San Benito y el mismo Viernes de Dolores será el Cristo de la Sed el que recorra en viacrucis las calles del barrio de Nervión.
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Miguel Pérez Martín