Ya vimos cómo Nervión es tierra de cerveza y de espuma, pero también lo es de vinos. Los mejores caldos de toda la geografía española pueden encontrarse en el distrito. Nervión se bebe en copa y esta es la ruta por sus bodegas.
El rincón de la manzanilla (Guadarrama, 10)
No se asusten cuando vean el establecimiento. Nada aquí es chic ni moderno, pero tampoco hace falta. Lo que encierra este pequeño local de El Plantinar es la pura esencia de Sanlúcar. Sin ornamentos ni maridajes ostentosos, solo manzanilla y más manzanilla, finos y olorosos. En su pizarra podemos observar que tienen la manzanilla clásica, manzanilla pasada, olorosos, amontillados… Y en su definición van haciendo ya una declaración de intenciones: son un despacho de vino, y por eso te lo cobran a precio de bodega. Para sentirte un poco más cerca de la desembocadura del Guadalquivir, eso sí, no faltan los tremendos barriles negros que guardan el oro líquido de Sanlúcar.
Panrallao (Divino Redentor, 5)
Para los que busquen un lugar donde cenar y donde poder probar varios vinos en una sola noche, su lugar es Panrallao. Este oasis de modernidad en el castizo Nervión Viejo ofrece tapas de diseño acompañadas de buenos caldos que se pueden tomar por copas. Siempre tienen un vino del mes y desde el restaurante nos invitan a que nos dejemos aconsejar por aquellos que nos atienden antes de mirar la carta de vinos. Tienen una amplia carta de vinos, de lugares a veces tan cercanos y atípicos como Constantina.
Sidrería Centro Asturiano (Avenida Ciudad Jardín, 75)
Si alguien sabe de sidra es un asturiano, y si hay un asturiano que sepa de sidra en Nervión esos son los parroquianos del Centro Asturiano de Ciudad Jardín. Con décadas a sus espaldas, este modesto local en plena avenida guarda el secreto de su bebida predilecta. Si hay un lugar en Nervión en el que escancian sin filigranas esta es la casa de Asturias de Ciudad Jardín. Para aquellos que busquen el sabor afrutado y refrescante en una tarde de verano.
Asador de Aranda (Luis Montoto, 150)
Pongámonos serios que llegan los caldos de Castilla. Los tintos toman el relevo a los blancos tan refrescantes más propios de las rías gallegas o del Condado de Huelva y se abrazan en un maridaje ideal con las carnes del Asador de Aranda. Los Ribera del Duero son aquí perfectos para encontrarse con el cochinillo o el cordero. Eso sí, para un día de menos calor: a pesar del increíble palacete en el que se instala el asador y de la calidad de su comida, la gastronomía castellana en Sevilla en verano es solo apta para valientes.
Gazuza (Bartolomé de Medina, 21)
Si lo que buscas es la variedad y pasar del blanco al tinto pasando por el rosado como quien no quiere la cosas, este es tu lugar. En su bodega tienen desde el albariño gallego al Tempranillo extremeño pasando por un excelente Protos o el clásico Lambrusco que acompaña las cenas ligeras. También son variados en cuanto a las denominaciones de origen: Alicante, Cádiz, Ribera del Duero, Castilla-La Mancha, Rioja, Rueda…
Miguel Pérez Martín