Diversas plataformas vecinales de la ciudad de Sevilla han hablado hoy ante la prensa a las puertas del Ayuntamiento de Sevilla para pedir la modificación de las ordenanzas sobre los veladores y el ruido. Las asociaciones le recuerdan al alcalde «tantas promesas hechas» y le piden una reunión.
«Hasta ahora el ayuntamiento no ha aplicado la legislación vigente. El Ayuntamiento de Sevilla está actuando para dar una apariencia de derecho, habla de órdenes de sanción y de precinto, pero luego no se ejecutan», ha explicado Emilia de la Serna, de Juristas contra el ruido. Desde esta asociación han encargado un dictamen al Defensor del Pueblo Andaluz y han hecho una petición al Parlamento Europeo «para que vengan a ver lo que pasa en Sevilla». «Las ordenanzas de veladores y ruidos infringen la legislación vigente», ha dicho la abogada, aclarando que «se permiten hasta 100 personas consumiendo debajo de tu ventana hasta la una de la mañana, y nadie tiene derecho a tener más de 25 decibelios en su dormitorio».
Según la abogada, la Ordenanza de Ruidos permite «poner en edificios de viviendas peñas flamencas sin insonorizar y con actuaciones en directo, discotecas y salas de fiesta», y la Ordenanza de Veladores y Terrazas «permite la megafonía y la música en las terrazas, y considera que el velador no es un emisor acústico y que su ruido no se mide». «Hemos estado hasta las cuatro o las siete de la mañana esperando a que cierren los bares, y luego vienen los camiones de Lipasam a limpiar con su ruido correspondiente, y luego la vida diurna», dice Lola Dávila, de la Plataforma por el Derecho al descanso.
En Nervión, esta asociación destaca como zonas acústicamente saturadas Viapol, el entorno del centro comercial Nervión Plaza o la Buhaira. «Hay un caso de una madre en el entorno de Blanco White que tiene un hijo que prepara la selectividad, y que nos dice que no puede decirle que estudie, porque sabe que con el ruido es imposible». Dávila dice que han recibido «miles de quejas» de estos casos de estudiantes que necesitan concentración para estudiar y el ruido nocturno no se lo permite. «Hay otro caso frente a Los Lebreros, de una señora mayor que no escucha la televisión por el ruido que hay bajo su casa. Tiene que subir el volumen mucho y eso afecta a su vez a los vecinos. No es solo derecho al descanso, sino también a la intimidad, a poder hacer tu vida en tu casa», explica.
En este Día Internacional contra el ruido, estas asociaciones recuerdan que hay 270.000 sevillanos que viven en zonas acústicamente saturadas (ZAS). En la ciudad hay 8.300 veladores contando solo los legales, por lo que se calcula que una noche puede haber hasta 100.000 personas consumiendo en la calle. Eso sin contar el botellón, que es notable en zonas como Luis Montoto, Viapol, calle Betis, Alfalfa o Alameda. Hay un caso alarmante en la Plaza del Salvador, donde hay una residencia de ancianos y donde los niños tienen que dormir en el suelo porque así les llega menos el murmullo de la calle. «Queremos una Sevilla sin ruido», ha zanjado Dávila.
Miguel Pérez Martín