Coincidiendo con la cercanía de la Semana Santa, Nervión al día ha tenido la oportunidad de charlar un rato con el fundador y director de la conocida Banda del Sol, Eusebio Álvarez-Ossorio Rojas Marcos. Para los no entendidos, La Banda del Sol cuenta con tres bandas una de cornetas y tambores, una infantil y la de música. Eusebio ha llevado las riendas de esta agrupación durante 23 años, por lo que tiene mucho que decir con respecto a éste otro eslabón de la Semana Santa.
Eusebio Álvarez-Ossorio Rojas Marcos, Fundador y director de la Banda del Sol.
¿Cuáles son los rasgos de la Banda del Sol que la diferencien de otras agrupaciones?
Históricamente la banda se ha encargado de recuperar las tradiciones a lo largo de estos 37, pronto 38 años de existencia. Iconos emblemáticos y tradicionales de la semana santa desde la vestimenta, las lágrimas de San Pedro, Los Gozos de a Inmaculada en la Hermandad del Silencio, la Candelá de la o en Triana o la Centuria Romana del Santo Entierro.
Por otro lado el uniforme, que está basado en el regimiento facunto número siete de Caballería y los clarines de caballería.
¿Dónde ensaya actualmente la banda del sol? ¿El Ayuntamiento de Sevilla se ha puesto en contacto con vosotros para ofrecer alguna sala?
La banda desde el inicio ha tenido un local, que funcionaba de manera similar a una casa hermandad, aunque ahí no se ensayaba. Al cabo de los años, se alquiló una nave para que pudiésemos ensayar, pero el coste de ese alquiler era altísimo, por eso, el Ayuntamiento nos ha cedido una de las caracolas que hay tras el Teatro Lope de Vega. Esas salas eran de la Universidad de Sevilla, y nos las han ofrecido porque allí caben las tres bandas.
¿Cuenta la Banda del Sol con un proyecto educativo?
Sí, la banda tiene una escuela propia, para formar a los componentes de la banda y además durante el año, se van llevando a cabo acciones formativas y actividades cada cierto tiempo, también de formación. El objetivo es llevar la música a los jóvenes, formarles, y de esta forma abrirle otra puerta a la cultura y tradiciones de nuestra tierra.
¿Se siente la crisis en el mundo de la música profesional?
Esta pregunta no la puedo responder a ciencia cierta porque no tengo los datos, pero me atrevería decir que sí, por supuesto. Tanto el mantenimiento de una banda como el coste de los uniformes son tan solo la primera parte y un enorme coste. Si a eso le unimos la coyuntura económica actual, está claro que se nota la crisis en este mundo.
¿En qué se diferencia una banda de una orquesta a la hora de dirigir?
Hay una diferencia clave y muy sesgada: la formación del director y los componentes. En una orquesta, el director tiene un nivel de exigencia más alto, al ser el número de instrumentos mucho mayor, tiene que controlar y dirigir a muchos más componentes. En las bandas de cornetas solo hay viento, metales y percusión; por el contrario en una orquesta hay todo tipo de instrumentos, por lo que el color de la música es insuperable en la orquesta.
¿Piensa que la música profesional debería tener más prestigio?
El prestigio a la música se lo da quien lo interpreta, al margen de las instituciones oficiales. Éstas no han tenido en cuenta durante muchos años, la repercusión social y cultural que conlleva fomentar la existencia de músicos profesionales en una ciudad. La música profesional y la tradición de música autóctona se mantiene arriba, gracias a los propios músicos, no de las instituciones oficiales, pero últimamente sí se están implicando más.
¿Qué momentos, marchas y estrenos recuerda con especial cariño?
Momentos muchos, y en especial cuando se presentó el uniforme en la iglesia del Sagrario, con un concierto que tuvo asistencia masiva. Y durante la semana santa, cuando el Cautivo de Santa Genoveva o El Baratillo, pasa por el Arco del Postigo. Es un rincón muy especial de recogimiento, donde la gente se une, al pasar de un espacio amplio a debajo del arco y solo caben dos hileras donde están los que están y leen lo que leen.
Laura Liñán