La zona de La Ranilla, junto con la del barrio de Los Bermejales, es la que más contaminación atmosférica sufre de la capital hispalense. El pasado viernes se rebasaron los límites recomendados de dióxido de nitrógeno y partículas en el aire, fruto del tráfico y la falta de lluvia.
La ciudad lleva varios días el anticiclón que se encuentra sobre la Península Ibérica, lo que unido al intenso tráfico y la larga sequía que afecta al país ha propiciado que se hayan disparado los niveles de dióxido de nitrógeno y partículas en el aire. Especialmente, esto ha ocurrido, aparte de en Sevilla, en ciudades como Huelva, Granada, Madrid, Barcelona o Valencia.
El valor límite horario (una hora) de dióxido de nitrógeno (NO2) establecido por ley es de 200 microgramos por metro cúbico (µg/m3). El viernes, en La Ranilla, este valor se superó de repetidamente desde las ocho y diez de la tarde hasta las diez y media de la noche. Incluso se llegaron a alcanzar los 231 microgramos por metro cúbico a las nueve y media de la noche, según datos de la Junta de Andalucía.
Por ello y, ante esta situación, Ecologistas en Acción ha dado la voz de alarma y ha pedido al Ayuntamiento hispalense que ponga en marcha medidas como la restricción temporal del tráfico motorizado. Por su parte, Juan Espadas, Alcalde de Sevilla, así como Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo, coinciden en que dicha situación “no es alarmante”, ya que la superación de estos niveles se produce en momentos “puntuales” y no se alarga varios días.
R.N.
