La Fábrica de Artillería está «peor de lo que se esperaba» según Urbanismo

Real Fábrica de ArtilleríaLa Real Fábrica de Artillería empieza a decir a gritos que los años y el olvido le han pasado factura. Según el último informe encargado por Urbanismo sobre las áreas de la ‘Catedral’ y la nave de Carlos III, donde está la ‘máquina de sangre’, revelan más deficiencias de las esperadas.

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A pesar de que se realizaron hace solo un par de meses obras urgentes para subsanar desprendimientos y derrumbes en cubiertas y fachadas del edificio de más de 20.300 metros cuadrados, no ha sido suficiente. El nuevo informe sobre las naves de la Catedral de la fábrica y la nave de Carlos III, revelan que, sobre todo en el caso de la segunda, el estado es mucho peor de lo que se esperaba. La ‘máquina de sangre’, elaborada con anchas vigas de madera, está muy deteriorada.

Las labores a contratar, así, comprenden una «inspección detallada de los edificios» para detectar «fisuraciones, desplomes, deformaciones, humedades», etcétera, con mención expresa a las «naves con estructura de madera», pues «el estado de conservación de las estructuras aparenta ser mucho peor». A tal efecto, el contrato señala «una inspección visual mucho más exhaustiva» de estos elementos para detectar «hongos, pudriciones, gemas y pérdida de material debido a la humedad».

Lo que se ha publicado es el pliego de publicidad para realizar ahora un informe más exhaustivo, que pueda darnos una idea de lo que sucede dentro de las estructuras de este edificio del siglo XVIII. Urbanismo promueve un procedimiento negociado sin publicidad para contratar un estudio sobre «el estado actual que presentan» estos dos espacios concretos del complejo; la Catedral con sus fundiciones vieja y nueva, y las salas para ‘la máquina de sangre’ con las armaduras de madera proyectadas por Tomás Botani entre 1778 y 1782, todo ello para elaborar los proyectos de conservación y restauración de las bóvedas y fachadas de las citadas dos fundiciones y las cubiertas y armaduras de las naves donde fue instalada la «máquina de sangre» de la fundición.

R.N.

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