El socialista Juan Espadas lleva cuatro años en la alcaldía de Sevilla, habiendo gobernado tan solo con 11 concejales una ciudad que casi alcanza los 700.000 habitantes. En las próximas elecciones municipales de finales de mayo buscará revalidar en el cargo y volver a sentar al Partido Socialista en los sillones del gobierno. En esta primera entrega de la entrevista presencial que ha concedido a Nervión al día habla con nosotros de la limpieza y el problema de las ratas, la seguridad, los pisos turísticos y el rebrote del botellón. [Mañana, segunda entrega]
Pregunta. Son muchos los vecinos que nos escriben para hablarnos de un distrito que ellos ven más sucio. Creen que sus calles están peor que hace unos años. ¿Cómo se plantea dar solución a este problema?
Respuesta. Las valoraciones en el tema de limpieza se hacen a través de una agencia independiente y se van analizando mes a mes en función de los vecinos y por barrio. La opinión con carácter general en la ciudad supera el 7,2, no hay un problema ni mucho menos generalizado y de hecho los turistas es una de las cosas que más destacan de la ciudad en relación con otras ciudades como Madrid o Barcelona. Pero es verdad que en momentos determinados en algunos barrios, y no tanto como consecuencia del nivel de frecuencia de la limpieza diaria, sino como consecuencia de malos hábitos muy concretos en lugares concretos, hay que reforzar ese servicio de limpieza. Nosotros lo hemos hecho hasta donde ahora permiten los límites de contratación de empleo público que tiene Lipasam. El sistema de limpieza viaria se cambió en el mandato anterior del Partido Popular y para que funcione perfectamente bien requiere de más personal. Y es contradictorio con la propia limitación que en el mandato anterior, a través de una legislación del Estado, se impuso en la contratación de empleo público.
¿Qué es lo que vamos a hacer? Hemos estado trabajando directamente con el comité de empresa en todos los barrios de Sevilla y hemos estado viendo posibles cambios en la limpieza viaria. ¿Por qué? Porque cuando al sistema no le puedes incorporar más trabajadores, hay un momento determinado, sobre todo por la tarde, en el que ya solo se puede hacer una revisión de papeleras y mantenimiento básico, pero no una limpieza con una persona barriendo, que es lo que los vecinos echan de menos del sistema anterior. Me sorprende a veces el Partido Popular, que fue el que puso este modelo, y que no sé de qué se sorprende porque sabe dónde está la debilidad de ese modelo. Nosotros si logramos que el Gobierno de España posibilite la ampliación de esos contratos de empleo público, no solo vamos a reforzar la ampliación de contratación en Lipasam, sino que vamos a modificar el modelo de limpieza viaria.
Y hay que conseguir una mayor implicación de los ciudadanos. Ya que una de las mayores quejas como es la de los excrementos caninos, es un problema que tenemos que resolver los ciudadanos en primer lugar. Tenemos que ser capaces de ser cívicos y recoger cada uno los excrementos que genera su animal de compañía.
P. Un derivado de este mismo tema es la proliferación de ratas en zonas en las que antes no aparecían. Aunque aparecen de vez en cuando junto al río, ahora afloran en zonas como Ramón y Cajal o Ciudad Jardín.
R. Los tratamientos que se llevan a cabo de desratización a petición en un momento determinado en el que se ve algún apunte están funcionando bien. Un caso es el Paseo de la O, en el que se han llevado a cabo en dos momentos concretos a instancias de las personas del Paseo del Arte y que ha ido bien, a pesar de estar en una zona contigua al río. Este mandato algo que era recurrente, sobre todo en verano, como es la desratización, se ha reforzado de dos formas. No solo a través del zoosanitario del ayuntamiento, sino también con un contrato específico que ha llevado a cabo Emasesa para hacer una limpieza a fondo de toda la red de alcantarillado en determinadas zonas. De manera que hemos multiplicado por dos la capacidad de acción que históricamente ha tenido el ayuntamiento. Pero en cualquier caso esto es una gran ciudad y hay que estar permanentemente encima, también en las zonas de parque, y es una línea de trabajo en la que vamos a seguir insistiendo.
P. Otro de los problemas que los vecinos destacan es la falta de seguridad algunas zonas, como las calles de Ciudad Jardín o el entorno del Cash Converters de Eduardo Dato, además de los robos en comercios de zonas como Viapol. Y aunque se anunció la policía de barrio, los vecinos siguen preguntándose qué pasó con ese proyecto.
R. La estructura de la policía tal y como estaba organizada en el Ayuntamiento de Sevilla no permitía una policía de proximidad o policía de barrio. Era necesario el cambio de la relación de puestos de trabajo en la plantilla de policía local. Lo hicimos hace un año y medio. La primera de ellas, que ya se hizo, de 50 plazas que ahora está justamente terminando el segundo ejercicio, cuando se incorporen, ya van a ir directamente destinados a servicios concretos de policía de barrio en las zonas donde tenemos detectado que hay repuntes de robos puntuales en comercios y sobre todo en la calle. La seguridad, como sabe, es competencia de la policía nacional y no de la local, pero es cierto que la presencia de policía local en determinados lugares evita que haya esa sensación de inseguridad. El compromiso que ya estamos ejecutando es que las incorporaciones de la policía, no solo de esos 50 que ya van a estar en la academia para pronto incorporarse, sino las 200 ofertas de policía nuevas que han salido ya en oferta de empleo y que en el primer año del próximo mandato estarán haciendo sus exámenes, van ya en ese nuevo modelo de reorganización de policía de barrio. No le hablo de una propuesta electoral, sino que ya se han tomado las decisiones para que sea una incorporación real, lo que pasa es que no puede ser de la noche a la mañana. Se necesitaban nuevos efectivos.
P. Otro problema que afecta a la convivencia y que parece que ha aflorado en distintos puntos es el botellón. En los últimos meses lo hemos visto rebrotar en zonas como San Bernardo, Ramón y Cajal y el entorno de Viapol. ¿Qué medidas se pueden tomar para garantizar el derecho al descanso?
R. El botellón es un elemento clásico. Es decir, el botellón va ligado a las prácticas de nuestros jóvenes y es muy difícil de erradicar en su totalidad porque forma parte de un comportamiento a determinadas edades de nuestros chavales. Rara es la familia que no tiene hijos o sobrinos que les gusta este tipo de cuestión. Por tanto, creo que hay que comprender que cuando hay pautas de comportamiento lo más complicado es acabar con ellas de buenas a primera, y lo que hay que ir viendo es cómo se generan alternativas de ocio que intenten evitar el consumo de alcohol, por supuesto en menores, que lo único que genera son problemas, y su concentración en puntos que generan problemas a los vecinos.
Todos sabemos que en la botellona, desde el punto de vista de Lipasam y de otros elementos, se actúa lo más rápido posible. Pero no es solo eso, hay que generar alternativas y lo que no estamos dispuestos a que se consolide o se permita son efectos directos y permanentes en vecindarios que no tienen por qué soportar esos hábitos de conducta. Vamos atacando determinadas zonas, pero es verdad que cuando atacamos una zona, la botellona se mueve a otras. Tampoco somos ingenuos. Es difícil, pero vamos a seguir actuando y en coordinación con los vecinos. Una muestra es la Feria de este año, he tomado una decisión valiente de restringir más horas para la venta de alcohol sobre todo en los establecimientos más cercanos, se ha hecho con acuerdo de la Confederación de Empresarios y el resultado es muchísima menos botellona este año que ningún otro. Se pueden lograr objetivos y vamos a seguir persiguiéndolos, pero intentando ser muy didácticos y buscar consenso.
P. Nervión es una zona cara para vivir. Tanto el alquiler como la venta de viviendas tiene un precio mucho más alto que en otras zonas de la ciudad. Y muchos ven en el auge de los pisos turísticos algo que puede convertirse en un problema si vacía los barrios de vecinos y encarece aún más el precio de la vivienda.
R. El fenómeno de los apartamentos turísticos ha proliferado en este mandato en el conjunto de las ciudades más turísticas de España. No es algo que lleve años, sino algo que ha despuntado en estos últimos dos años en la ciudad de Sevilla, aunque en Madrid o Barcelona llevaba unos años más. Y en nuestra ciudad aún no ha adquirido la categoría de problema, por tanto, no fijemos miméticamente que lo que ocurre en Barcelona o en Madrid ya lo tenemos en Sevilla.
Los apartamentos turísticos en el Casco Antiguo han permitido, por ejemplo, que determinadas fincas o edificios que no tenían uso, son muy grandes y estaban vacíos, hayan sido objeto de inversión, rehabilitación y ahora generan una economía y un empleo. Donde tenemos que estar muy vigilantes es en que no proliferen este tipo de sistema de alojamientos en barrios en los que se expulse, como consecuencia de que se implanten, al vecino o residente histórico. O que se generen incrementos en el precio de la vivienda notables. Queremos intentar, de acuerdo con el sector y teniendo en cuenta que estamos en un país donde hay libertad de establecimientos y de negocio, buscar formas tanto desde el punto de vista urbanístico como del control de que este tipo de establecimientos sean absolutamente transparentes desde el punto de vista fiscal y que sean de calidad. Si conseguimos que no se concentren en determinados puntos y no expulsen al vecino, creo que alcanzaremos el equilibrio. Me gusta que decir que no debe nunca superarse el nivel de proporción de la planta hotelera, porque cambiaríamos el perfil del destino, que queremos que sea mayoritariamente de hotel y de una atención de cuatro o cinco estrellas, un perfil de visitante que atienda nuestra oferta patrimonial y cultural.
*Mañana, la segunda entrega de la entrevista con Juan Espadas en la que hablaremos de árboles, movilidad, proyectos y patrimonio.
Miguel Pérez Martín