Isaac del Real instruye a parte del futuro de los costaleros de Sevilla

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El fisioterapeuta y coordinador de los centros de atención al costalero de Andalucía impartió en la tarde de este viernes una charla en el colegio Santa Joaquina de Vedruna, donde aleccionó a algunos alumnos del centro y amantes del costal que se personaron sobre las prevenciones a tener en cuenta para no caer lesionado bajo un paso de Semana Santa.

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En una iniciativa promovida por la Escuela Cofrade de este colegio ubicado en el corazón de Nervión, algo más de medio centenar de personas –sobre todo alumnos del centro escolar- presenciaron esta charla didáctica, que les sirvió como clase teórica, antes de iniciar los ensayos para procesionar con su cruz de mayo el próximo mes. Un coloquio que se enmarca dentro del ciclo de conferencias que ha organizado esta Escuela Cofrade (en la que participan el AMPA, el propio colegio y algunos padres ajenos a los mismos) con el doble objetivo de instruir a los alumnos en el arte del costal y a los costaleros que ya suman años bajo las trabajaderas, pero que siempre pueden tener algo que aprender.

De este modo, partiendo desde la definición básica de costalero, Isaac del Real fue desgranando punto por punto todos los entresijos que se esconden detrás de este bello arte tan arraigado en la idiosincrasia sevillana y andaluza. “Hay que estar bien educado para intentar evitar los malos hábitos, no sólo en el inicio y el aprendizaje, sino también en las personas experimentadas”, reflexionaba en un primer momento Del Real, quien aboga por que “no todo el que lleva muchos años bajo un paso sabe cargar”. Una afirmación que no se escapa a la realidad, por cuanto son muchos los costaleros que, pese a su experiencia, llegan a su clínica después de no haber trabajado –como se denomina en la jerga a cargar- de la forma adecuada.

Es por ello que la educación del costalero es tan básica como su forma física y su alimentación, otros dos puntos clave que destacaba en su discurso: “Es necesario saber que un costalero tiene la consideración de deportista, por lo que éste debe hacer un ejercicio continuado durante todo el año. Un hábito necesario al igual que la alimentación, crucial para mantenerse en forma”, recalcaba Isaac, quien ponía ejemplos de que “una persona baja de forma tendrá más problemas para aguantar el peso y el recorrido, lo que conlleva a aliviarse en el trabajo y sobrecargar a los compañeros”, acabando con otro de los grandes valores de las cuadrillas de costaleros: el compañerismo.

charlas02Y es que el trabajo debajo de un paso es colectivo, pero cada una de las piezas que lo componen, cada costalero, debe trabajar a gusto para no caer lesionado y, así, desestabilizar al resto. Por ello, el cómo hacerse la ropa, el cómo fajarse y el calzado es fundamental: “El costal debe de estar bien estirado, sin arrugas y ajustado bien a la cabeza y a la frente”, aludía sobre la ropa, mientras que defendía a capa y espada la faja de tela, ya que “la motera (muy utilizada en los tiempos actuales por su comodidad para ponerla) no te permite demasiada movilidad”. Elementos primordiales que se han de complementar con una buena postura debajo del paso, ya que, tal y como sostenía, “no es lo mismo trabajar en la primera trabajadera, donde no puedes estirar los brazos, que en las restantes, donde sí puedes hacerlo. Al igual que no es lo mismo trabajar como patero, como costero o como fijador, ya que la posición varía considerablemente entre unos y otros, por lo que la posición se debe de depurar de la mejor manera posible para no acabar lesionado”.

Una postura que “debe ser impecable en el momento de la ‘levantá’, ya que después de ésta sólo se harán movimientos de colocación”, por lo que una mala colocación puede conllevar a un mal trabajo y, por consiguiente, a una lesión de espalda o cervicales, en algunas ocasiones, de considerable gravedad. Por este motivo, Isaac quiso culminar su charla magistral haciendo hincapié en que “actualmente el costalero con el denominado morrillo va avergonzado, ya que esto denota que no ha trabajado bien”. Una afirmación que levantó discrepancia de algún asistente, quien disconforme con su versión intercambió opiniones con el conferenciante, dejando claro que, en el arte del costal, siempre hay mucho que aprender.

Alfonso González

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