Hno. Mayor Sol: «La Hermandad del Sol vino para aportar, no para ser un clon de otra hermandad»

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Entrevistamos a Juan Luis Amaro, el Hermano Mayor de la corporación más joven de Nervión y la última en incorporarse a la nómina de la Semana Santa hasta el momento. Cabeza visible de los hermanos de El Plantinar, analiza las penurias pasadas, la situación actual, habla de aquellos que los aceptan y los que no y de los nuevos retos.

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Pregunta: ¿En qué sentido os seguís sintiendo una hermandad joven?

Respuesta: Somos una hermandad por hacer. Tenemos perfectamente definido lo que queremos ser, nuestro estilo y nuestro comportamiento, pero estamos formándonos, nos queda mucho camino por andar. Hemos corrido mucho en la hermandad, aunque no podía ser de otra manera, y hemos sido audaces.

P: ¿Habéis corrido quizá demasiado?

R: Quizás sí. Pero eso es una valoración personal. Pero no nos quedaba otra, teníamos que ser arrojados para conseguir el sueño. Dependiendo de las circunstancias, podríamos haber parado un poco; pero si nos hubiéramos parado, nos habríamos quedado en vía muerta.

P: ¿Qué mueve al Sol en todo su camino?

R: Desde que la Virgen llega a El Plantinar y desde aquellos hermanos que querían que esta advocación de la virgen arraigara en El Plantinar, nuestro objetivo ha sido llegar a la Catedral. Pero nuestro camino ha sido azaroso y lleno de dificultades… Dificultades que se han ido superando y nos han ido curtiendo: tenemos muchas heridas en el cuerpo ya casi cicatrizadas, pero tenemos que conseguir muchas cosas. Fundamentalmente, enraizarnos en la Parroquia de San Diego de Alcalá.

P: ¿Qué relación hay ahora mismo con la parroquia?

solAR: La mejor de nuestra corta e intensa historia como hermandad. La llegada de Don José Miguel ha sido un milagro y un regalo del Arzobispo Asenjo fundamentalmente para la feligresía y también para la hermandad. Esta es una feligresía muy particular, con mucha persona mayor como nuestra hermandad. Los que llevamos la hermandad vivimos todos fuera de El Plantinar, aquí vive un grupo de hermanos reducido y a la parroquia lo que le hace falta es rejuvenecerse. Y la hermandad debe ser un pilar importante para conseguir esa revitalización y esa nueva Parroquia de San Diego de Alcalá que están demandando los feligreses. Pienso que aquí hay un potencial, porque está la universidad a escasos metros, y el párroco tiene que intentar acercar a esa juventud a la vida de la parroquia.

P: ¿Siente El Plantinar la hermandad como suya?

R: Hay diferentes puntos de vista. Demandamos el empuje necesario de la gente de El Plantinar, pero esa población son nuestros mayores; y la comunidad universitaria que está de lunes a viernes en torno a la barriada, pero que los fines de semana se va a su localidad de procedencia. Pero hay que abrirse más allá de El Plantinar, hay una feligresía amplia que es la potencial, que tiene que integrarse con la parroquia y la hermandad.

P: ¿Cómo vais a solucionar las cuestiones de espacio tras la pérdida de los salones?

R: De momento lo salvamos gracias a nuestro párroco. Estamos paliando en la medida que podemos el problema. Tenemos nuestros enseres en el coro de la parroquia gracias al consejo parroquial, pero hay que plantearse darle un nuevo enfoque al único patrimonio que tiene la hermandad, que es la capilla, para poder solucionar las necesidades de espacio y de convivencia que tienen los hermanos.

P: ¿Qué ha sido lo más duro en el proceso de construcción de la hermandad?

R: Han sido muchas cosas duras. Yo he visto a muchos hermanos llorar porque no teníamos dinero para pagar el alquiler de lo que hoy es un chino y que en su día era nuestra capilla. Nosotros hemos pasado un quinario para poder llegar a fin de mes. Ahora estamos en otro escenario, pero ha sido doloroso y una vida plagada de situaciones desagradables. La Hermandad del Sol es la más humilde de Nervión, pero con un potencial importante de crecimiento. Algunos de esos malos momentos han sido recientes, porque aquí es sobresalto tras sobresalto, la última la venta de los salones que nos ha cambiado el paso.

P: ¿Cómo os trata Sevilla?

R: Tengo una doble vertiente. La Sevilla que verdaderamente nos tiene que considerar, valora el esfuerzo que estamos haciendo desde la Hermandad del Sol. La hermandad del Sol vino para aportar, no para ser un clon de otra hermandad. En su origen fue lo que el cardenal nos pidió: que no fuéramos una hermandad al uso ni una cofradía igual que otra. Que seamos más o menos comprendidos… Creo que ya sabemos de dónde vienen las críticas, tenemos perfectamente definido en qué se sustentan esas críticas, pero tenemos clarísimo que en el seno de las cofradías tenemos el respaldo de los demás. Que nos critiquen, pero la sensación que tenemos los hermanos es que las críticas son un estigma que tenemos heredado, pero nos aceptarán tal y como somos.

P: ¿Qué es lo que esa gente no entiende a la hora de mirar la hermandad?

SolBR: Precisamente esa intención de la hermandad de ser diferente. Nosotros podíamos cambiado una vez alcanzada la Catedral: podríamos haber dulcificado nuestra túnica, haber modificado ciertos aspectos de la cofradía… Pero es que nosotros hace 25 años iniciamos una razón de ser, una dimensión artística que es nuestra y que no vamos a cambiar en este momento. Evidentemente no es lo mismo ir al Juncal a hacer estación de penitencia, que ir a la Catedral y volver; pero estamos construyendo la cofradía.

P: ¿Por qué un paso de cristo tan alegórico?

R: Hubo encima de la mesa en su momento varias opciones y en la línea de quere aportar, apostamos por esta iconografía. Podríamos haber puesto plumas y diez trabajaderas, pero consideramos que para llegar al Sábado Santo teníamos que adaptar nuestra cofradía a la idiosincrasia propia del día.

P: ¿La meta fue siempre el Sábado Santo?

R: Siempre. Nosotros no podíamos intentar el Domingo de Ramos porque estaba La Paz, ni el Lunes Santo porque estaba el Tiro de Línea, ni el Martes por El Cerro ni el Miércoles por San Bernardo… Pusimos el punto de mira en el Sábado Santo, y lo hemos conseguido.

P: Pero no habéis esperado mucho…

R: Para nada. Había un acercamiento con las hermandades del Sábado Santo y esto no ha sido flor de un día. Nuestras relaciones con ellos han sido fluidas, y por eso cuando hubo que dar el respaldo a nuestra incorporación fue todo más fácil.

P: ¿Cómo es esa relación con las hermandades del día?

R: Fraternal. Tengo que agradecerle a los hermanos mayores del día mucho y verdaderamente somos una familia.

P: ¿Por qué ese itinerario hasta la Catedral?

R: ¿Se te ocurre otro? En el recorrido poco podemos variar… Podemos ir y volver por Ramón y Cajal o pasar por un par de calles más del barrio a la vuelta entrando por la Pirotecnia como ahora. También a nosotros nos han afectado siempre los Oficios. Ten en cuenta que la parroquia tiene sus oficios el Sábado Santo y nosotros tenemos que adaptar nuestra llegada a la finalización de los oficios. El otro itinerario es el que se valoró, volver por San Bernardo por la calle Capitán Vigueras, pero sería una vuelta importante. Nuestro recorrido natural, si el tamaño de nuestros pasos lo permitieran, era volver por la calle San José a través del barrio de Santa Cruz a San Bernardo. Pero los pasos no caben por Fabiola, sobre todo por el palio, que es muy ancho.

P: ¿Próximos retos de la hermandad?

R: Lidiar con las actuales circunstancias y la vida de hermandad, ya que ahora mismo no tenemos espacio físico para desarrollarla. Pero el reto principal es integrarnos en la vida de la parroquia y que la hermandad sea el escudero del párroco para todas sus necesidades.

Miguel Pérez Martín

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