Fotógrafo y músico, Fran Márquez está detrás de la recuperación de las Cruces de Mayo de Ciudad Jardín, que se celebran este fin de semana.
Todo comenzó cuando Márquez se vino a vivir al barrio de su familia y abrió un álbum de fotos de sus abuelos. “Me encontré con mi abuela Concha cuando tenía 12 ó 13 años (sobre 1933), que tenía una banda puesta en la que se lee ‘Miss Ciudad Jardín Sevilla”, explica, y preguntó por el origen de aquel certamen de belleza que se celebraba durante las Cruces de Mayo. “Y me pregunté por qué no se hacía, por qué no nos movíamos para recuperar aquel espíritu de aquellos días, de aquella fiesta”, comenta.
Así empezó a darle vueltas a una iniciativa ilusionante que se hará realidad este fin de semana: el regreso de las Cruces de Mayo a Ciudad Jardín, que se celebrarán en el barrio los días 27, 28 y 29 de mayo. Aunque nació en La Macarena, su tío y su padre nacieron en la colectiva de Espinosa de los Monteros 6, y luego en otra en Antonio de Nebrija. Y ha venido todos los fines de semana a Ciudad Jardín a ver a sus abuelos, a la casa en la que actualmente vive. “Vi los álbumes de fotos de mis abuelos y aquellas estampas antiguas del barrio en otras épocas, de cuando yo era pequeño y más antiguas, cuando se entregaron las primeras viviendas. Y en esas fotos me encuentro con la Sevilla de la unión de la vecindad, de los vecinos haciendo por la noche en verano reuniones en las calles, de las fiestas como la Velá o las Cruces de Mayo”, explica.
Pero al llegar a Ciudad Jardín para vivir, se dio cuenta de que ese barrio ya no era igual que el que conoció, en este “la gente vive de puertas hacia dentro”. “Me gustaba mucho la tranquilidad, el ambiente y la belleza que tiene este barrio, que estando en el núcleo importante de Nervión, está enmarcado entre las cuatro avenidas. Un barrio que huele a azahar todo el año, similar a San Bernardo o El Porvenir”, cuenta. Unos tiempos en los que no había todo ese tráfico y los coches que hay ahora, en los que las calles no estaban ni asfaltadas.
Por eso le vino la idea de recuperar las Cruces de Mayo en el barrio. “Las cruces se recuperan principalmente para hacer unión vecinal, por echar de menos ver a las abuelas de siempre que quedan en el barrio hablar en las calles las noches de verano, a los niños jugar fuera. Que los mayores tengan su sitio y su fiesta, también para aquellos vecinos que no han podido vivir una Semana Santa o una Feria por distintos motivos, explica.
Lo propuso a través de la Asociación de Fotografía La abeja roja, inscrita en el barrio y de la que es fundador. Lo llevó al Distrito y lo habló con las entidades del barrio, que dice que le han apoyado desde el primer momento, especialmente el Centro Cultural y Deportivo La Milagrosa. También se involucraron la Asociación de Vecinos ‘La Esperanza’, el centro de participación activa de mayores, el Centro Asturiano, el colegio a través del AMPA, la Hermandad de la Milagrosa, la asociación de pensionistas, los beduinos de Ciudad Jardín, el Ciudad Jardín CF… “Desde la dirección del Distrito Nervión hemos tenido todo el apoyo. Les encantó la idea y nos han subvencionado lo que han podido”, dice Márquez.
Un surtido de actividades
Pero estas Cruces de Mayo no serán iguales a las que se hacían, se han actualizado y enriquecido la programación. “De las antiguas Cruces de Mayo solo nos quedan documentos gráficos, he intentado hablar con historiadores del barrio, pero no hemos encontrado muchos datos. La diferencia que van a tener las de 2022 es que vamos a intentar que participen colectivas que no participaron en aquella época, y hemos programado actividades para todas las edades”, dice el fotógrafo.
En cuanto a lo que está por venir, va a haber gymkhanas por el barrio descubriendo azulejos concretos, edificios regionalistas, juegos para conocer el barrio, un ciclo de mesas redondas con catedráticos y escritores del barrio, un torneo deportivo con los clubes de la zona, la procesión de la Cruz de Mayo de La Milagrosa por las calles en las que haya colectivas engalanadas, un concurso de colectivas engalanadas, un concurso fotográfico con premios, un nuevo concurso gastronómico con los bares del barrio… La fiesta está previsto que acabe con una convivencia abierta en las asociaciones.
“Esto es para que el vecino tenga su espacio, pero también para que el resto de Sevilla conozca Ciudad Jardín”, explica el fotógrafo, que quiere que esto sea una cita fija en el calendario y no algo puntual. Este será el año de analizar los aciertos y errores de la fiesta, y el año que viene se añadirán actividades que este año no ha dado tiempo a montar. Puedes consultar las actividades de las Cruces de Mayo en esta página web.