El sabor de la Semana Santa

Torrijas

Todas las fiestas tienen un sabor, un producto o bebida típica que al probarla nos traslada directamente a una época. Las torrijas son tan fieles a la Semana Santa como el olor a incienso en muchas esquinas de Sevilla. Como no podía ser de otra forma, las conocidas y tradicionales torrijas tienen su hueco en Nervión al día, te enseñamos dónde encontrarlas o cómo hacerlas en casa.

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Este dulce propio de cuaresma y Semana Santa, cocinado a partir de pan y miel, es consumida desde tiempos de los romanos y recibe ese nombre en el siglo XV. La historia cuenta que este dulce era ingerido por las parturientas para recuperarse tras los dolores del parto, ya que al tener mucha azúcar da bastante energía.

Su asociación a la Cuaresma se debe a que el pan que sobraba por no poder comer carne durante este periodo se debía aprovechar para no tirarlo, aunque debemos de decir que en Cantabria por ejemplo, este postre típico se toma en Navidad. En cuanto a la receta no hay una norma estricta, ya que por lo general cada familia tiene una forma de hacerla y además los ingredientes para su elaboración también varían de unas regiones a otras.

En nuestro barrio hay múltiples sitios donde se pueden disfrutar de este dulce. Todo aquel a quien le apetezca este postre tan tradicional, puede acercarse al Horno San Tomás de la calle Doctor Pedro de Castro, La Tahona en San Francisco Javier frente al centro comercial Nervión Plaza, Cafetería Ochoa en Eduardo Dato o La Pradera en La Gran Plaza.

Para aquellos que sean más aventurados y prefieran elaborar sus propias torrijas, aquí les dejamos la receta a la que ha tenido acceso Nervión al día. Tomen papel y boli porque se van a chupar los dedos:

Ingredientes:  Pan o bollos del día anterior (el pan tiene que ser de un día antes para que esté más bien durito y se empape bien sin romperse. Ahora también se vende en panaderías el pan especial para torrijas pero las tradicionales se hacen con el sobrante del día anterior), 1 litro de leche entera, 1/2 litro de agua, un vaso de vino (por lo general, el moscatel que es más dulce), canela en polvo o en rama, 5 huevos, cáscara de un limón, 250 gramos de azúcar, aceite de oliva virgen extra (el aceite de girasol lo recomiendan muchos cocineros para evitar grumos a la hora de freír pero es preferible el de oliva ya que le da su sabor característico) y por ultimo una o dos cucharaditas de miel.

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Elaboración: Cortar el pan en rebanadas que no superen los 2cm de ancho. En un cazo cocer la leche, 125  gratos de azúcar, rama de canela y la corteza del limón. Cuando esta mezcla haya hervido apartarla del fuego y dejar reporsar durante 4 ó 5 minutos, si la leche no está tibia el pan puede desmigajarse. Mientras la leche reposa, colocar las rebanadas de pan en una bandeja y verter la leche hasta empapar el pan por completo. Por otra parte, batirlos huevos y les añadir dos cucharadas de la mezcla de la leche anterior. Removemos de nuevo. Al mismo tiempo, poner a calentar el aceite en una sartén a fuego medio. Cuando estén empapadas las torrijas, ir pasándolas por el huevo y después, a la sartén con el aceite bien caliente para que no nos salgan grumos. Luego ir friendo las rebanadas por ambos lados. Cuando estén doradas, las sacarlas y las ponerlas en un plato/recipiente con papel de cocina para que absorba el aceite sobrante.

Para terminar, hay dos variaciones: para los que les gusta con vino y para los que no. Para los primeros, preparar una mezcla con medio litro de agua, un vaso de vino, una o dos cucharaditas de miel y 125 gr de azúcar. Todo esto se hierve y se deja enfriar. Una vez doradas las torrijas se pasan por la mezcla y se dejan reposar. Después se les puede espolvorear azúcar con canela por encima o rociarlas con miel o arrope. Paralos segundos, simplemente cuando las torrijas hayan expulsado el aceite que les sobra, se pasan por un plato con azúcar y canela en polvo y ¡listo!

Así que está claro, en casa o en la calle, quien no prueba las torrijas esta Semana Santa es porque no quiere, no hay excusa que valga para no degustar este postre típico de nuestra gastronomía.

Laura Liñán

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