La calle Almotamid se volcó con el pregón de Semana Santa desde una ventana de un Guardia Judío de la Hermandad de la Milagrosa.
Era Domingo de Pregón y a las 12.00 de la mañana se abrió una ventana de la calle Almotamid, en el barrio de Ciudad Jardín. De punta en blanco salió a su ventana Antonio Requena para pronunciar su pregón ante la suspensión del que debía haberse pronunciado en el Teatro de la Maestranza. «En el 2016 yo había dado un pregón. Lo modifiqué, lo enriquecí y amplié, y quise sacar de la rutina a la calle Almotamid», cuenta el pregonero, que durante una hora y veinte minutos llenó de versos esta arteria principal de Ciudad Jardín. Aquel pregón de 2016 se produjo en el Bar La Milagrosa y estuvo precedido de un concierto de marchas. [En el vídeo que encabeza la noticia puedes ver algunos fragmentos del pregón desde la ventana]
«Ya que Sevilla no ha podido tener su pregón, que al menos una parte de la ciudad no se quede sin él», pensó Requena. Y los vecinos se volcaron mientras recitaba, con incienso y velas puestas en los balcones. Incluso los que habían salido a comprar o sacar al perro se paraban ante el insólito pregón en pleno confinamiento. Requena puso marchas de fondo para dar ambiente al pregón, en el que repasó de forma cronológica la Semana Santa apoyándose en multitud de hermandades.
Un corazón entre Ciudad Jardín y San Bernardo
Antonio Requena está íntimamente ligado a dos hermandades de nuestro distrito. Por un lado, es miembro de la Guardia Judía del Sanedrín desde hace 10 años, y por otro, lleva 40 años saliendo con su cirio -y algún año con una bocina- ante la Virgen del Refugio de San Bernardo. En este pregón -que arrancaba con un homenaje a los sanitarios en estos momentos complicados- hay espacio para las dos hermandades. Requena repasó la historia de la del Sábado de Pasión como si fuera un cuento, incluyendo el sueño de la corporación de Ciudad Jardín de ir a la Catedral. Y la parte de San Bernardo se centró en sus recuerdos familiares, de aquellos Miércoles Santos de salidas luminosas en el barrio de los toreros y del bocadillo de tortilla que le hacía su madre. Un pregón en el que también estuvo muy presente la Esperanza Macarena, una de las grandes devociones de Requena.
El pregonero destaca el buen recibimiento en la calle Almotamid a este pregón confinado, y anima a seguir viviendo desde nuestras casas una Semana Santa que ya está aquí. «Quiero animar a que todos el Domingo de Ramos a las 12 de la mañana pongan la marcha ‘Amarguras’ en sus casas, para así dar la bienvenida a esta semana grande», cuenta Requena, el autor de un pregón único que pasará a la historia de nuestros barrios.