La falta de negocios ha dejado desierta esta galería, poblada de locales vacíos en pleno corazón del barrio.
La crisis ha agudizado el ingenio de muchas personas y ha animado a muchos trabajadores ha emprender aventuras empresariales. Sin embargo, y en número mayor, esta época de “vacas flacas” ha terminado por echar el cierre definitivo a decenas de comercios pequeños situados en zonas menos transitadas.
Un claro ejemplo de este desolador panorama es el pasaje comercial de la Gran Plaza, en el corazón de Nervión. Este pasaje que une la calle Cristo de la Sed y la Gran Plaza presenta ahora mismo una triste imagen de persianas bajadas y locales cerrados. En esta galería comercial, antaño repleta de comercios, sobrevive un bar en su exterior y aguanta el tirón una academia de baile que aporta vida en un lugar prácticamente vacío.
Al igual que en muchas otras zonas del barrio, o en el interior de algunos mercados municipales, la crisis ha dejado locales y aceras vacías de actividad, sin embargo también ha traído la aparición de nuevos negocios e ideas que revitalizan nuestras calles y avenidas. En este pasaje de Gran Plaza donde ahora se ven persianas cerradas, muchos emprendedores pueden ver el lugar ideal para sus empresas y con ello la vuelta a la vida de este trozo de Nervión.
Fernando Márquez