No es que al arquitecto Aníbal González, autor de la Plaza de España, se le quedaran demasiados proyectos en el tintero. Se calcula que levantó el 85 % de los edificios que planeó. Pero hubo algunos que se le quedaron en los planos. Hoy os vamos a hablar de uno de ellos y de cómo debía haber sido Ciudad Jardín si se hubiera respetado su proyecto inicial.
Pero vayamos por partes. Nuestra historia arranca en 1920. Aníbal González es el arquitecto encargado del diseño y la construcción de los principales edificios de la Exposición Iberoamericana de 1929, y recibe una petición del Ayuntamiento de Sevilla.
El consistorio quiere integrar el Palacio de San Telmo en el recinto de la exposición, ya que se encuentra dentro de los terrenos de la misma. Y en esos momentos y por cesión de sus últimos habitantes, los Duques de Montpensier, el edificio pertenece a la Iglesia y es usado como seminario. Lo que negocia el gobierno municipal con el Palacio Arzobispal es que los seminaristas salgan del inmueble para poder usar San Telmo como otro edificio más de la muestra.
Para ello, el ayuntamiento propone al seminario construirle un nuevo edificio a cambio de que dejen el palacio. Para ello se llama a Aníbal González y este diseña un proyecto de edificio para este seminario que alojará a 300 estudiantes y que se inspira en el Seminario Pontificio de Roma o en otros de Europa como el de Bayona. El seminario es prácticamente un palacio desde el exterior como vemos en la ilustración, con una escalinata con apeadero en su entrada principal y una gran cúpula. ¿Dónde iba a estar ubicado? Pues justo en una zona que se estaba urbanizando en ese momento: los terrenos del Cortijo Maestrescuela. Es decir, iba a ir en una de las avenida del nuevo barrio de Nervión. Lo que no sabemos es si tenía una parcela reservada para él, pero quién sabe si a día de hoy podríamos verlo, elegante, en San Francisco Javier o en Eduardo Dato.
¿Por qué no llegó a hacerse? Pues el proyecto fue pasando todos los obstáculos. El seminario aceptó su traslado para liberar San Telmo, el ayuntamiento y el Palacio Arzobispal dieron su visto bueno… y el proyecto llegó hasta la mismísima Ciudad del Vaticano. No sabemos por qué desde el Papado rechazaron la construcción de aquel nuevo seminario, pero así lo hicieron. y Ahí acabó la historia.
Una Ciudad Jardín a medias
Otra de las frustraciones de Aníbal González también se produjo en nuestro distrito. A él se le había encargado el diseño del nuevo barrio de Nervión, que tendría como corazón la Gran Plaza. Desde allí, en forma de semicírculo, se estructurarían las viviendas de la Ciudad Jardín de la Esperanza. El diseño era radial con algunas modificaciones, y realmente hoy podemos ver la mitad de aquel proyecto, que es lo que hoy conocemos como barrio de Ciudad Jardín. Pero este debería haber tenido un barrio gemelo entre Marqués de Pickman y Luis Montoto, algo que nunca sucedió.
Como curiosidad, en el primer diseño de Aníbal González, la que iba a ser después la Parroquia de la Inmaculada Concepción debía estar en un sitio muy diferente al que ocupa hoy. Si os fijáis en el plano que adjuntamos, vemos la planta de cruz latina de la iglesia mirando a la Gran Plaza y en primera línea. Es decir, el templo iría centrado en la embocadura de la actual Marqués de Pickman.
Eso significa que cualquiera que viniera desde Eduardo Dato se encontraría en el horizonte con la fachada de la iglesia tras las fuentes y jardines de la Gran Plaza. Probablemente se abortó este modelo para dejar despejadas las cuatro avenidas que salían de la propia Gran Plaza. Y como curiosidad, aunque el proyecto de la Concepción es de Antonio Arévalo, Aníbal González había pensado que fuera una parroquia con una gran portada y dos torres, aunque finalmente solo se construyó una.
M.P.M. / Imagen Seminario: Archivo Aníbal Gonzaléz