
Fue uno de los grandes estrenos del anterior gobierno de Juan Espadas en nuestro distrito: el nuevo Mercado Puerta de la Carne, la rehabilitación de la Estación de Cádiz y la plaza ajardinada. Pero la plaza ajardinada ya solo es plaza a secas.
Para la plaza que se abre desde el edificio principal de la antigua estación en dirección a la Avenida de Cádiz se configuró un diseño con una espectacular fuente en altura, estanques con pasarelas que los cruzan y una serie de maceteros y parterres para una plaza a la que le da el sol prácticamente todo el día. Esa inauguración tuvo lugar hace exactamente dos años.
Ayer pasar por la plaza era una verdadera tortura, un contraste con el sonido fresco del chapoteo que se oye desde ella, procedente de la piscina del centro deportivo en una de las terrazas de la estación. En los estanques, aunque llenos, parece como si el agua se hubiera ido evaporando con el calor de estos días. Pero lo más preocupante es la situación de la vegetación.
Absolutamente todos los arbolitos que había en los maceteros son ahora marrones, reliquias de lo que fueron. Están completamente secos, al igual que los parterres que custodian la fachada principal del mercado. Los árboles se han quedado sin hojas porque aquí parece que haya llegado el otoño. Los árboles están secos y, a sus pies, solo quedan arbustos secos y malas hierbas que han nacido sin que nadie las haya plantado.

Incluso en otro parterre cercano, en el que hay plantada una palmera, la palmera tiene sus hojas completamente secas y las malas hierbas crecen a su alrededor. Para buscar dónde han ido muchas de las hojas de esos árboles secos, hay que mirar al fondo de los estanques. Allí reposan muchas de estas hojas.
También se echa de menos que la red de pérgolas metálicas que se han situado en la parte más alejada de la fachada del mercado, y donde se encuentra el kiosco, no tengan ninguna planta trepadora como en otras pérgolas que hay por la ciudad. Un caso muy bueno es el de la pérgola de los Jardines de Cristina, las estructuras metálicas de la Avenida del Cid donde han crecido frondosas buganvillas o las últimas pérgolas levantadas, las de los Jardines de Magallanes junto a la Torre Sevilla, que sí cuentan con plantas trepadoras desde su reciente inauguración.

M.P.M.