El hombre que pinta con tiza las devociones de Nervión en el corazón de la ciudad

Era un día de invierno cuando la cuenta de Twitter Info Cofrade nos enseñaba una foto de una pintura con tizas en el suelo de la Avenida de la Constitución. En plena extraordinaria de la Esperanza de Triana, aquella única parcela era la que no tenía gente. El dibujo en el suelo era terreno sagrado. La foto dio la vuelta al mundo, y hemos hablado con Carlos Alberto Llanos (@reysperu), un chico de 27 años que llegó a Sevilla hace un año desde Callao (Perú), y que ha pintado las pasiones de la ciudad con tiza en el granito de la Avenida.

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¿Cómo comenzó tu amor por el arte y tu dedicación a ella?

El amor por el arte comenzó desde muy pequeño y en el año 2005, cuando tenía 14 años, empecé a explorar el mundo del graffiti, llegando a entender el verdadero amor por el arte, al invertir de mi dinero para comprar materiales de pintura por el simple gusto de poder expresar lo que en aquellos momentos sentía. Desde entonces el arte nunca ha sido ajeno a mí y ha estado presente a lo largo de mi vida hasta el día de hoy.

¿Cómo empezó la aventura de pintar con tiza sobre el suelo de la ciudad? ¿Por qué elegiste este formato?

La aventura empezó en el año 2018, Hacía un mes que había llegado a España con mi esposa y mi hija estaba a punto de nacer. Entonces caminaba por el centro de Sevilla buscando opciones para ganarme la vida y se me ocurrió comprarme una caja de tizas y ponerme a hacer lo que más me gusta, aunque nunca antes había dibujado en el suelo. Elegí las tizas porque me daba la posibilidad de borrar mi trabajo al finalizar el día en caso de que se presentase algún inconveniente. Empecé pintando caricaturas en 3D, pero no tuvo la acogida que yo esperaba, así que pensé en hacer algo nuevo.

Entre tus obras, hay una alta presencia de imágenes de Semana Santa. ¿Qué te une a esta fiesta grande de la ciudad y cómo la vives?

Bueno, yo también soy católico y en la Semana Santa del 2018 me doy con la sorpresa del gran fervor religioso que existe en Sevilla. Entonces me puse a pensar y encontré esa novedad que yo buscaba, así que dibuje una virgen y fue todo un éxito. Tuvo una acogida increíble, toda la semana pinté imágenes muy representativas de Sevilla. Además, como ironía de la vida, mi hijo se llama Jesús y mi hija, María.

¿Qué valores crees que tiene el arte urbano frente al que se exhibe en galerías y exposiciones?

A título personal, pienso que el valor es el mismo, en todo caso el que lo define es el espectador desde su punto de vista y apreciación. Soy consciente de que mis obras pintadas en la calle pueden llegar a una galería a través de una fotografía, pero sí considero que mucho depende del artista. No es lo mismo pintar al aire libre que entre cuatro paredes: para mí pintar en el centro de Sevilla es como establecer una conexión con la ciudad.

La foto de tu pintura de la Esperanza rodeada de la bulla en la Avenida en la salida extraordinaria se convirtió en viral. ¿Qué sentiste al ver aquella fotografía y el respeto de la gente por tu trabajo?

Una semana después, pude entrar a mi cuenta de Instagram y me llevé una gran sorpresa: que la foto se había vuelto viral. Me alegré muchísimo y le agradecí al fotógrafo que inmortalizara un gran momento, no solo para mí sino para todo el pueblo de Sevilla y el mundo entero. Aquel día lo recuerdo mucho, yo estaba pintando mirando hacia el suelo y, casi al finalizar, me levanté. Al observar al horizonte, me impresioné con una cantidad enorme de personas haciendo lo imposible por no pisar mi trabajo: le tomaban fotos y me hacían llegar sus sentimientos al ver mi dibujo.

Hemos visto que has retratado a titulares de hermandades de Nervión como el Cristo de la Milagrosa o el Cristo de la Sed. Quizá un cristo que llora y uno que pide expresivamente agua con la mirada te llamaron la atención. ¿Qué te llevó a pintarlos?

Lo primero que observé en ellos fue su mirada. El cristo de la Milagrosa con una mirada profunda, y su lágrima que refleja el sufrimiento. Y mi último trabajo, que fue el Cristo de la Sed, con unos ojos grandes que te hacen mirarlo fijamente y una expresión en el rostro que refleja una necesidad, el agua cuyo significado es vida.
Una vez, en pleno proceso mientras realizaba mi trabajo, se cruzaron integrantes de las hermandades que me mencionaron mínimos detalles como la espina que lleva en la ceja el Cristo de la Sed.

Y por último, ¿Cómo son las impresiones que te dan los que ven tu obra? ¿Qué te dicen cuando pintas con tiza en la calle esos retratos? ¿Cómo reacciona la gente?

Las impresionen siempre son positivas, me hacen saber lo mucho que les gusta mi trabajo. Hay personas que no creen que con unas simples tizas se pueda llevar a cabo una obra de arte, hay quienes me felicitan y otras que tocan mis manos y me abrazan sin importarles mancharse con tiza. También con comentarios en mis redes sociales, donde subo fotos y vídeos de todos mis trabajos, y algunas que me dicen: «ojalá algún día alguien que tenga los recursos valore tu arte y te saque de trabajar en la calle».  Sean cuales sean todas esas muestras de cariño, estoy muy agradecido a cada una de esas personas.

Miguel Pérez Martín

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