El gato de Endesa, ¿una excusa para encubrir una falta de mantenimiento?

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Zona de Los Arcos acordonada en la noche del incendio

El hallazgo del cadáver de un felino durante las tareas de reparación de los transformadores eléctricos cuya explosión ocasionaron la noche del pasado domingo un aparatoso incendio en una subestación próxima al Centro Comercial Los Arcos ha quedado, de momento, como única prueba para explicar un fuego por el que, afortunadamente, no tuvo que lamentarse daños humanos. Una posición que se rebate ahora desde cierto sector entendido en la materia.

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Según ha explicado a ‘Nervión al día’ un extrabajador de la propia empresa eléctrica, “es muy difícil que un animal provoque ese tipo de incendio y las consiguientes explosiones”. “He pensado en la manera que un animal puede provocar eso y no la encuentro. Tiene que ser un cúmulo de fallos tan brutal que, sinceramente, lo veo casi imposible”, comenta esta persona licenciada en ingeniería eléctrica, quien concreta que en la subestación próxima a Los Arcos “explotó un transformador de alta tensión”.

Una explosión que se originó debido a la “falta de mantenimiento que existe desde la privatización en España del sector eléctrico, y que ha provocado que las empresas dejen de mirar por el bien del servicio al público y se centren solamente en sus números”, denuncia, al tiempo que pone de relieve que esta no es la única subestación en estado de cierto abandono, sino que son varias de las que posee Endesa en la propia capital sevillana las que necesitan un mantenimiento que cada vez más se pasa por alto.

Una situación de la que no es ajeno nadie en la empresa: “Dentro de la propia empresa los empleados lo saben; hasta mis jefes me lo decían”, sostiene el interlocutor, que también pone de manifiesto el malestar de los propios trabajadores de la empresa: “Los empleados están muy mosqueados, sobre todo porque periódicamente se producen ERES y prejubilaciones. Por ejemplo, donde yo ejercía la mayor parte de mi trabajo, hace 10 ó 15 años había entre ocho y diez personas, ahora hay tres fijos y uno eventual”, describe.

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Transformador de similares características a los de Los Arcos

Recortes y falta de mantenimiento que pueden ocasionar un incendio y unas explosiones de la magnitud de las acontecidas el pasado domingo en Los Arcos que pueden resultar mortales: “Esta vez ha habido suerte porque no ha causado daños personales, pero una explosión tan grande se puede dar en otras subestaciones que no tienen un mantenimiento idóneo”, relata.

Y es que la primera hipótesis que barajaba el equipo de bomberos que actuaba a pie de incendio en la noche del domingo, la de un sobrecalentamiento de aceite, refuerza aún más esta postura una vez que nos cuenta cómo se realiza el mantenimiento de estos transformadores y cuáles son sus mecanismos de aviso de peligro: “Los transformadores de ese tamaño son bañados en aceite y, como sabe todo el mundo, el aceite es muy inflamable. A esos elementos se les proporciona de una serie de protecciones y sistemas de control que un autómata controla. Este analiza las señales que les mandan estos mecanismos y, según la señal que sea, da un aviso o puede, incluso, dejar al transformador fuera de servicio si el autómata ve que esas señales son realmente peligrosas”, aclara.

Además, “el aceite tiene que pasar unas pruebas y cambiarse cada cierto tiempo”. Un cambio que posiblemente no se haya hecho adecuadamente y que nos hace preguntarnos. ¿Estamos realmente seguros ante estas subestaciones presentes en medio de la ciudad? ¿Deberían las instituciones competentes controlar aún más su mantenimiento? ¿Hasta qué punto puede ser responsable Endesa si por culpa de un mal mantenimiento ocasiona daños humanos –incluso materiales-?

R.N.

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