El cielo plomizo debería haber sido una señal para aquellos que habían pagado 35 euros por asistir al cotillón de la Sala Olympic, en Juan Antonio Cavestany. Cuando llegaron pasada la medianoche se encontraron con el local cerrado: no sabían nada. El cierre del local por la policía dejó sin fiesta a 400 personas.
La policía llegó a la sala de fiestas el mismo 31 por la mañana. Tras inspeccionar el local, concluyeron que el local no cumplía con los requisitos de seguridad para acoger un evento de estas características, por lo que ordenó la clausura del local y envió por la noche a dos agentes a la puerta del establecimiento para asegurarse de que no reabría saltándose la orden. A pesar de que la ley es la ley, y que el criterio de la policía fue basándose en las pruebas halladas, nadie avisó a la mayoría de estos 400 jóvenes.
Al llegar se encontraban con la puerta cerrada después de haber pagado 35 euros por una fiesta que nunca se celebraría. Incluso el dj aguardaba a la puerta, ajeno a lo sucedido, como cuenta El Correo de Andalucía. Según este diario, uno de los intermediarios, encargado de vender las entradas, les ha contado que el problema que provocó el cierre era la mala señalización de las salidas de emergencia, y que los organizadores y los dueños del local iban a mantener una reunión para devolver el importe de las entradas.
Mientras tanto, los afectados se han acercado a denunciar a las asociaciones de consumidores y en twitter se respira mucho enfado por parte de los jóvenes que se quedaron sin fiesta, que reclaman la devolución del importe de las entradas, algo de lo que aún no saben nada.
R.N.