Educación para la paz donde estallaron las bombas

Encuentro homenaje por la Paz en La Ranilla

Hace casi 22 años que una bomba de ETA mató a cuatro personas en la Cárcel de La Ranilla. Hoy la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo ha celebrado en su solar unas jornadas de Homenaje por la Paz con niños de dos colegios.

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El teatro del Centro Cívico La Ranilla ha acogido esta mañana un encuentro de niños de los colegios Sagrado Corazón y Pablo Picasso con la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo (AAVT). El lugar no ha sido escogido al azar: aquí tuvo lugar el mayor atentado terrorista de la historia de la región, en el que murieron cuatro personas y más de 60 resultaron heridas tras la explosión de una bomba de la banda terrorista ETA.

«Hay que concienciar a la sociedad, y vosotros sois la parte más importante de la sociedad porque ocuparéis los puestos de responsabilidad el día de mañana», decía en la presentación del encuentro el presidente de la AAVT, Joaquín Vidal. Se hacía el silencio cuando Vidal contaba su experiencia, ya que él trabajaba en la antigua cárcel de Sevilla 1 cuando la bomba estalló en 1991. «Que todo este dolor sea un cimiento positivo para nuestras vidas. Llevaos de esta asociación lo más grande que tenemos: la suerte de estar llenos de vida», decía emocionado Vidal.

En esta jornada, los niños han tenido un espectáculo de cuentacuentos, un taller para elaborar un mural sobre la paz y la entrega de premios de un concurso de trabajos sobre la tolerancia y el respeto. La asociación nació en 1995, y desde entonces se ha dedicado a recorrer los colegios de Andalucía haciendo reflexionar a los niños sobre la democracia y enseñándoles valores como el respeto o la tolerancia. «No podemos permitir que nadie por la fuerza quiera imponer sus ideas a los demás», ha sentenciado Vidal.

ETA, el alcalde y el corazón herido de Nervión

Empezaba el verano en Nervión aquel año de 1991. Era 28 de junio y la cárcel de La Ranilla, entonces Sevilla 1, se despertaba un día más. Un día antes, un incidente con una abogada que había visitado a los seis etarras recluidos en la institución penitenciaria había dejado escamados a los trabajadores de la cárcel.

Llegaron las 10.30 y, según cuentan testigos de aquel día, los seis terroristas solicitaron casi al unísono regresar a sus celdas. Una hora después, una bomba remitida al nombre del director de Sevilla 1 explotaba en la sala de paquetería de la cárcel y la deflagración se llevaba por delante a cuatro personas y hería a otras 60.

Minutos antes, la abogada del altercado del día anterior comparecía en los Juzgados de lo Penal número 7 para defender a un etarra acusado de desacato. El acusado fue condenado a dos meses de prisión y, años después, la abogada también fue condenada por pertenencia a banda armada. El juez que dejó caer el martillo aquel día, cosas de la vida, era Juan Ignacio Zoido.

Miguel Pérez Martín

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