Ecos bizantinos para la salida del Perpetuo Socorro

Perpetuo Socorro de Nervión

Nervión acoge mañana por la noche la procesión más atípica de la ciudad. El icono de la Virgen del Perpetuo Socorro saldrá mañana de la Parroquia del Santísimo Redentor arropado por sus fieles: una procesión única con aires de Bizancio y bidimensional a caballo «entre hermandad de gloria y romería».

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Los Redentoristas llegaron a Sevilla allá por 1958, y desde el principio eligieron para establecerse el barrio de Nervión. En los primeros años se instalaron en una casa del número 75 de la calle Marqués del Nervión, hasta que en 1962 levantaron la iglesia en la calle Espinosa y Cárcel. El año pasado, para conmemorar el 50 aniversario del templo, sacaron por primera vez a las calles el icono que les ha acompañado desde la fundación de la congregación.

El icono sale sobre un pequeño paso construido por el artista Javier Gómez Aguilar, unas andas sencillas con cuatro hachones y todo en esta procesión es atípico comparado con cualquier otra hermandad de gloria que podamos imaginar. «Está a medio camino entre una procesión de gloria y una romería. Aunque la virgen sale siempre precedida por un cortejo, es la gente la que la acompaña de manera espontánea. No tiene cuerpo de costaleros, ya que la gente se va turnando para llevarla, y va acompañada por el coro de jóvenes de la parroquia -Sevilla28- en lugar de por una banda…», dice Laureano del Otero, sacerdote redentorista de la parroquia.

Esta procesión es algo arraigado en otras comunidades redentoristas como las de Granada, Madrid, Astorga, Salamanca o Jerez. Quizá el paso más impresionantes sea el de Granada, un trono de José Navas Parejo, que fue un renovador de la Semana Santa como lo pudo ser en Sevilla Castillo Lastrucci. En la de Sevilla, es la vecina Hermandad de la Sed la que le presta a la parroquia los enseres -como los ciriales- para la procesión de cada junio, y este año estrenan las varas de la Archicofradía del Perpetuo Socorro, con sede canónica en la parroquia, que se han hecho a imagen y semejanza de las que salen en Granada. En el paso llevan una reliquia del fundador de los Redentoristas, San Alfonso María de Liguori, y el llamador es la silueta del santo ante la fachada de la parroquia nervionense.

La presencia de la Virgen del Perpetuo Socorro en la ciudad de Sevilla es grande. Hay iconos en San Bernardo, la iglesia del Claret, en la iglesia de San Ildefonso… además de en muchas casas de la ciudad. Como curiosidad, la virgen es la patrona de Hacienda, el Seguro Español, la Sanidad Militar, los servicios de Urgencias y del país más pobre del mundo: Haití.


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En cuanto al recorrido, el icono recorre prácticamente una manzana desde su salida este domingo a las 21.45. Va por las calles: Espinosa y Cárcel, Santa María Mazzarello, Villegas y Marmolejo, Fernández de Ribera y de nuevo Espinosa y Cárcel, para regresar a su templo. No se piensa en ampliar recorrido, y hay una parada de rigor ante la puerta de la iglesia de las Salesianas, sede de María Auxiliadora. «Es una parada obligada, porque el auxilio y el socorro son títulos semejantes de la virgen», dice Del Otero. Se invita desde la parroquia a los vecinos que viven en las calles por las que pasa el icono que engalanen sus balcones en la medida de lo posible y que informen a los enfermos para que puedan rezar ante el icono a su paso.

Una historia de Bizancio a Sevilla

«Los iconos son imágenes sagradas que pertenecen a la Iglesia Bizantina del este de Europa. Ellos veneran iconos, que son pinturas, pero que no se llaman así porque simbolizan una ventana abierta al cielo, de la presencia de lo sagrado en medio de nosotros«, dice Del Otero, que explica que en el caso del icono de la Virgen del Perpetuo Socorro «representa a Jesús en los brazos de su madre, sobre un fondo dorado, ya que este color simboliza que habitan en el cielo».

El icono original del Perpetuo Socorro pertenece a una iglesia cretense y fue realizado dentro de la escuela de Rinzo de Candía, comunidad artística en la que se formó El Greco. La leyenda cuenta que fue robado en Creta y llevado a Roma por un mercader en el siglo XV hasta la Iglesia de San Mateo en la capital italiana, donde se decía que era milagroso.

En el siglo XIX Napoleón Bonaparte entró en Roma y expulsó a todos los religiosos. Los Agustinos, depositarios del icono, tuvieron que marcharse a un monasterio extramuros. «Allí un fraile le cuenta cada día a su monaguillo que el icono era muy famoso en Roma. Años después, ese monaguillo es sacerdote redentorista y es destinado a la comunidad de Roma, que se establece sobre el antiguo convento de los Agustinos, donde se veneraba antes el icono. Por ello habla con el Superior de la orden y solicita que el icono vuelva a su lugar original. Es el Papa Pío IX el que le concede el icono a los Redentoristas y les encarga que lo den a conocer al mundo, dentro de su carisma misionero«, dice el sacerdote.

Los misioneros presentaron primero el icono a los pueblos de Sevilla, con sus misiones populares en Constantina y Carmona. En Sevilla se presentaron en los años 50, con misiones populares en muchas parroquias, para terminar asentándose en el barrio de Nervión, donde hoy tienen una numerosa feligresía.

Miguel Pérez Martín

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