Los vecinos de la Buhaira, en la zona trasera de Viapol, se despertaron ayer a las dos de la madrugada sobresaltados. Una detención de la policía de un individuo que no paraba de gritar se prolongó durante media hora en una zona en la que es habitual el botellón los fines de semana.
Las calles interiores de la zona residencial de la Buhaira, entre Viapol y los restos de la Basílica de Aníbal González, son una zona habitual de botellón en Nervión. El hecho de ser una plaza peatonal y escondida la convierte en un lugar perfecto para que los jóvenes beban en la calle. Lo que estos jóvenes no piensan es que esta zona es íntegramente residencial y que los vecinos escuchan el ruido más cerca por el eco que provocan lo altos edificios.
Anoche, pasadas las dos de la madrugada, la policía se presentaba en la plaza para disolver el grupo que se había establecido en la zona. Los vecinos se despertaban porque uno de los jóvenes se puso a gritar que la policía quería robarle y que le estaban pegando. Nada de eso sucedió. Pero el escándalo formado, que despertó a los vecinos de los bloques aledaños, y la resistencia que opuso el joven, terminó con su detención, como se puede ver en la imagen.
Igual que el otro día hablábamos de la suciedad del botellón en los aledaños de El Corte Inglés, hoy hablamos de la Buhaira. También hemos recibido denuncias de vecinos que hablan de lo imposible que es descansar cuando se está haciendo botellón en zonas como la calle Santa Joaquina de Vedruna o el descampado central de San Bernardo, donde están las naves de Enramadilla.
R.N.