El desierto cultural de Nervión

Nave de la Fábrica de Artillería

Sin teatros. Sin salas históricas de cine. Ni auditorios ni salas de música de cámara ni de conciertos. Ni museos ni bibliotecas. Apenas un par de galerías de arte y solo con la actividad de los centros cívicos. Nervión, con más de 50.000 habitantes, es un desierto cultural.

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Cualquier nervionense que quiera buscar un remanso de paz de la rutina o un poco de arte tiene que salir del distrito sí o sí. Mientras instituciones como Lope de Vega, Centro de las Artes de Sevilla, Espacio Santa Clara o Teatro de la Maestranza animan la vida cultural intensa del centro, Nervión vive al margen de la cultura excepto por casos muy puntuales y casi anecdóticos. Hacemos balance de la situación.

¿Dónde están las galerías?

¿Galerías de arte? Excepto alguna iniciativa muy marginal o exposiciones de pintores aficionados al aire libre, las galerías aquí ni siquiera aparecen. No porque no haya espacios idóneos para acoger exposiciones monumentales, ya que la Fábrica de Artillería, ese gran contenedor cultural que lleva dos décadas esperando llenarse, sigue acumulando polvo a la espera de un proyecto. El último en acordarse de ella fue el alcalde, Juan Ignacio Zoido, cuando el pasado noviembre volvió a pensar en el edificio militar como un gran espacio para la cultura. 20.000 metros cuadrados a un paso del centro, en pleno Eduardo Dato y que llenaría de vida el barrio de San Bernardo. Un ejemplo de su potencial es el espectáculo que montó el bailaor Israel Galván en 2010 para la apertura del Mes de Danza.

La única promesa que sigue como un proyecto aún es la sala de exposiciones que Zoido ha prometido para el Antiguo Mercado de la Puerta de la Carne, pero que sigue siendo un ejemplo de abandono y en el que aún están con los informes periciales para evaluar los daños en su estructura y elementos arquitectónicos.

Música, solo en el conservatorio

Mientras otras ciudades como Córdoba las iglesias de muchas zonas se han convertido en perfectas salas de concierto para la música de cámara o las orquestas, en Nervión, con templos tan valiosos como la Iglesia de la Concepción o de San Bernardo, aún no se ha dado ese paso. Y eso que, recordemos, en Nervión tienen su sede -por ahora- dos de las orquestas de la ciudad: la Orquesta Bética Filarmónica y la Banda Sinfónica Municipal, ambas en las instalaciones del Matadero. Allí es el único lugar en el que se puede oír música de vez en cuando, y es gracias a los alumnos del conservatorio Francisco Guerrero.

En cuanto a los recintos para otras músicas como salas de concierto o independientes para pop, rock, flamenco o músicas del mundo, nada hay en el distrito. Un auditorio decente y muy nuevo sí que tiene el Centro Cívico La Ranilla, pero aún no tiene programación fija y hasta la temporada que viene no la tendrá.

Cine fuera de las grandes salas

Antiguo Mercado Puerta de la Carne

Dos cadenas de cines hay en el distrito: Nervión Plaza y Los Arcos. Las multisalas sí tienen un tráfico de espectadores a pesar de la crisis del sector desde hace una década y los precios cada vez más elevados de las entradas. Para el panorama independiente, es triste recordar cómo desapareció el Cinema Nervión que había en la Gran Plaza, que quizá hoy podría haber servido de filmoteca. Un espacio refrescante para espectadores que busquen algo más que tiros y palomitas es La Cinemateca que la Universidad de Sevilla ha desplazado hasta el Instituto Martínez Montañés (Fernández de Ribera), y en la que se puede ver cine de autor totalmente gratis todas las semanas.

Los centros cívicos

Si bien el centro de La Ranilla, como ya hemos comentado, no tiene aún programación fija; el de La Buhaira sí que tiene una programación estructurada mes a mes, pero tiene un problema. El centro de los jardines de Eduardo Dato no posee auditorio, ni sala siquiera. Si acaso pueden organizarse cuentacuentos, recitales o exposiciones, pero poco más. En verano sí que convierte su patio en un cine -al igual que la vecina Diputación- y se organizan algunos conciertos de grupos de escasa calidad. Pero es un centro limitado por el espacio que en invierno vive de su sala de pequeñas dimensiones y sin posibilidad de aprovechar el parque que lo rodea.

R.N.

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