Anoche en San Roque un contratiempo con el sistema de elevación frustró el recogimiento de la subida al paso.
La noche estaba perfecta en San Roque para vivir el primer capítulo de la liturgia previa al Domingo de Ramos. El imponente paso en el centro de la nave con el Cirineo ya colocado sobre la canastilla. La música ensayada lista para llenar la parroquia desde la altura del coro. Los faroles de las andas del Señor de las Penas encendidos.
Los hermanos portaban las andas del nazareno desde su altar para conducirlo hasta la parte central de la iglesia. La tiniebla tomaba por completo el recinto excepto por las velas que unos pocos hermanos llevaban para marcar el camino. Llegados a la parte frontal de la plataforma, los hermanos empujaron poco a poco la base del Cristo para subirlo a la estructura que debía llevarlo hasta su paso. Y el mecanismo empezó a moverse.
Pero algo era distinto. Un sonido agudo como de carraca que no se había escuchado en años anteriores comenzó a llenar el espacio. Algo no iba bien. El Señor había ascendido solo unos 30 centímetros cuando la plataforma se detuvo en los raíles. La espera. El nazareno no podía seguir subiendo. Desde la parte superior del paso, uno de los hermanos ayudaba a otro subido en una escalera que, con ayuda de la linterna de un teléfono móvil analizaban el sistema de elevación situado en un lateral de la estructura. Así permanecieron unos 10 minutos, con el Señor de las Penas detenido sobre la plataforma.
Tras varios intentos para solucionarlo, no se pudo hacer nada. Mientras el sacerdote concluía los rezos inesperadamente, el nazareno volvía a descender hasta sus andas, vuelta al inicio. Una voz decía por microfonía a los presentes que el acto quedaba suspendido por un problema técnico en el sistema de elevación. Las luces se encendieron. Noche truncada. Una vez que los asistentes se marcharon, y cuando ya era medianoche, la hermandad mostraba por redes al nazareno sobre su paso, con la cruz colocada y el paso en su sitio, junto al palio de la Virgen de Gracia y Esperanza.
Una noche en la que nos quedamos sin rematar uno de los momentos más mágicos de la Cuaresma en nuestro distrito. Qué se le va a hacer, estas cosas pasan.