A Nervión no le faltan pizzerías pero… ¿Cuál de ellas puede ofrecernos algo distinto que no ofrezcan las grandes cadenas que todos conocemos? Hacemos un recorrido por el distrito de la pizza brasileña al restaurante familiar, pasando por la pizza sencilla a buen precio y recalando en los locales de aquellos italianos que vinieron a Sevilla y se quedaron para siempre.
La piccola pizza (José Luis de Casso, 7). Este pequeño local con periódicos antiguos sobre su mostrador es más que una pizzería familiar. Arrancaron hace un año y medio en un lugar estratégico: entre el Nervión Plaza, el Estadio Ramón Sánchez Pizjuán y El Corte Inglés. Sus pizzas son crujientes y con una masa fina y te dan la opción saludable de añadir verduras a cada una de ellas. Se puede comer pizza desde 3 euros y tienen un apartado de pizza gourmet. Además, venden jugosos bocadillos para llevar, gazpacho y ensaladas.
Pizza Pazza (Guadarrama). La historia de esta pizzería hay que buscarla en los bloques de Condes de Bustillo, donde comenzaron en un pequeño local. Alessio y Massimiliano llegaron a Sevilla para estudiar un año, pero cuando se les acabó la beca no querían irse, y encontraron en esta pizzería su excusa perfecta. Ahora, en su local de la calle Guadarrama, en El Plantinar, sirven pizza italiana hecha por italianos. Tienen una exquisita pizza con bacon, salchichas y champiñones u otra con verduras de la huerta ideal para la operación biquini. Martes, miércoles y jueves las pizzas están a 5 euros y las bebidas solo cuestan 50 céntimos.
Mr. Pizza (Menéndez Pelayo esquina Juan del Castillo). Aunque sí que pertenece a una cadena portuguesa, sus establecimientos son algo extraño en nuestro país. Su mayor baza: el tremendo tamaño de sus pizzas y el buen precio para el tamaño que ofrecen. Algunos dicen que les cuesta entrar por el portal de su casa con una familiar, porque no entran de ancho, y eso que solo vale 12 euros. Tienen un refrigerador con las bebidas y los postres, del que los coges tú mismo.
Sabores do Brasil (Mallén, 8). En el Pasaje de Oriente la pizza sabe a samba y se acompaña con caipirinha fresquita. En este local brasileño las pizzas llevan nombres como «palmito», «sabor do Brasil» -con carne seca como ingrediente principal- o «camarao» -con gambas, mozzarella y parmesano- , y se pueden comer desde 4,50 euros. También tienen otras especialidades propias del país como las pamonhas (una especie de tamales) o risoles (las croquetas brasileñas, rellenas de ternera, palmito o gambas-.
Pizza Mía (Villegas y Marmolejo, 9). Han abierto hace muy poco, tan poco que ni siquiera tienen cartel en la puerta que diga el nombre. Solo tiene un mostrador y un par de mesas en la tranquila y ancha acera que hay delante -eso sí, sin sillas-. Las pizzas son crujientes y de una masa muy fina, y quizá su única pega es que aún no tienen servicio a domicilio. La gente del barrio la ha aceptado bien y la base de cada pizza son 3 euros, sumando luego 50 céntimos o 1 euro por cada ingrediente, dependiendo del que sea. Son muy rápidos haciendo las pizzas, así que no tendrás que esperar mucho para llevártelas a casa.
Pomodoro (Viapol Center). Su mejor baza, a pesar de que este sí pertenece a una cadena de franquicias, es que dice ofrecer todo a 3,90 euros -pizzas, pasta y burritos-. Si bien aquí lo artesanal es discutible, es un buen lugar para ir con amigos, con un amplio local y una agradable terraza en la primera planta del centro comercial. La pizza del día de lunes a viernes está a 2,90. No busquen aquí innovación ni recetas sorprendentes, porque es un lugar para el hambriento, para el amante de la pizza sabrosa que busca darse un festín por un precio asequible.
Miguel Pérez Martín