No pudo ser, había que ganar y esperar a los demás resultados para agotar las últimas opciones de mantener un año más la categoría pero, sin embargo, Alberto y Borja Antón -jugadores del Triana CF- se convirtieron el pasado domingo en los verdugos del Ciudad Jardín, en los encargados de dar la última estocada a un equipo que se negaba a tirar la toalla.
Así, con la energía y el empuje lógico de aquellos que se juegan todo, con las ganas y la convicción de que ‘hasta el rabo todo es toro’, los blanquiazules salieron a por todas y, de hecho, apenas habían pasado doce minutos cuando rozaban el milagro y anotaban una diana que hacía soñar. El 1-0 hizo que la euforia se apoderara de los nervionenses que, no obstante, vieron como antes del descanso todo quedaba en nada y el Triana daba la vuelta al marcador poniendo el 1-2 con el que se llegaría al descanso.
Tras éste, el Ciudad Jardín demostró una vez más que bajar los brazos no va con ellos, que rendirse no es una opción, y sacó fuerzas para lograr un empate que, a la postre, fue insuficiente. El punto más amargo de la temporada, los noventa minutos certificaron el descenso matemático de un equipo que, sin embargo, luchará la próxima jornada por despedirse de la Preferente sevillana con una victoria ante el Puebla.
«En el fútbol todo es posible; quien conoce este club sabe de su calidad humana y sus valores. Se trabajará para volver a la categoría que nos merecemos cuanto antes», rezaba el Twitter oficial del Ciudad Jardín tras la derrota… Sin duda, su sitio esta en Preferente; sin duda, ¡volveremos!
E.A.