En un gran partido ante Cervantes a tres sets, el canadiense gana a sus 17 años su segundo challenger después de vencer en Lyon.
La noche estaba perfecta para el tenis. Después de los días de calor sofocante, el fresco y la brisa llegaron a Sevilla para una final perfecta que enfrentaba a Felix Auger-Aliassime y a Íñigo Cervantes. Antes de iniciar la final, se le rindió un homenaje a Pedro Osete, tenista que ganó la Copa Sevilla en tres ocasiones y al que se le ha entregado una placa.
Luego vino el festín de tenis (6(4)-7, 6-3, 6-3). Empezó Auger-Aliassime ganándole a Íñigo Cervantes el juego en el que llevaba el saque, todo normal hasta ahí. Pero con el paso al segundo juego, la red fue la principal enemiga de los saques del vasco y la línea de fondo la maldición del canadiense. Una arriesgada volea provocó poco después el entusiasmo del público, que hoy se encontraba dividido entre el viejo conocido de la Copa y el nuevo descubrimiento. Y llegaron más voleas, a la velocidad del imponente saque del canadiense, que siempre ronda los 200 kilómetros por hora. El juego cerca de la red fue crucial en el primer set para que el canadiense fuera minando las fortalezas de Cervantes, pero el vasco se impuso con un juego constante y medido hasta hacerse con el primer set en el tiebreak.
La segunda manga fue al principio un derroche de juego y aciertos de Cervantes, y vimos a Auger-Aliassime superado por un vasco que no daba tregua. De hecho el vasco puso el set a su favor 3-0. Pero de repente Cervantes vio cómo se le escapaba y el canadiense se volvía más y más agresivo hasta no solo igualar el juego, sino superarlo y alcanzar la victoria en el segundo set.
El tercero fue al nivel del primero. Un comienzo igualado juego a juego en el que ninguno de los dos parecía ceder ante las virtudes del que tenía en frente. Con arrojo y visión de juego respondió Cervantes a algunos golpes del canadiense que iban a traición para derrocarlo. Igual fue Auger-Aliassime con su saque, certero y potente, que descolocó a un Cervantes que vio cómo se le iba el partido. Pero la lucha fue hasta el final, hasta el último punto, en el que incluso hubo controversia sobre si había ido fuera o no.
Aún así, la Copa se consagra como un lugar de gran tenis, y con la victoria de Auger-Aliassime se convierte en el único challenger del mundo que ha sido vencido en dos años consecutivos por dos chicos de 17 años. Un torneo de récord para el recuerdo.
R.N.