Un hermano que pasaba de madrugada por Recaredo, vio abierta una pequeña puerta de la parroquia que da a la avenida y dio la voz de alarma.
Sucedió en la noche del sábado al domingo. Un hermano de San Roque pasaba por la calle Recaredo cuando vio abierta la pequeña puerta usada por el párroco, según cuenta Pasión en Sevilla. Alarmado, llamó a otros miembros de la junta de la hermandad y se plantaron en la parroquia.
Al entrar, se encontraron con que nadie había en su interior. A pesar de los temores, solo encontraron algunas cosas algo revueltas y que faltaba el dinero del cepillo. El Señor de las Penas, que estaba en el altar mayor, seguía allí sin signos de que el asaltante se hubiera llevado nada más. El domingo la parroquia abrió sin problemas y los cultos de la hermandad se realizaron con total normalidad.
R.N.
