Alfombra de romero para una mañana de Corpus

Petalada a la custodia

Aún no se oían trompetas, solo los pájaros en una mañana de domingo. Pero cualquiera que mirara al suelo y recibiera en su nariz el aroma al romero que alfombraba las calles, sabía que estaba a punto de suceder algo extraordinario.

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A las diez y media salía la cruz parroquial de la Parroquia de la Concepción para dar comienzo al Corpus de Nervión, organizado por la Hermandad de la Sed. El cortejo salía a la calle Cristo de la Sed para recorrer el barrio en una procesión sacramental luminosa en un día de calor. La custodia reluciente y dorada de los hermanos Caballero enfilaba la calle sobre el romero ante el gentío, que se fue diluyendo conforme avanzaba la procesión.

Muchos vecinos se animaron con el concurso de altares y balcones y decidieron sacar a la calle sus mejores ornamentos, sobre todo en la calle Goya, donde Rosa Linares había decorado la fachada con un tremendo altar con candelabros, colgaduras y una réplica de la Macarena que le ha valido el primer premio del concurso que organizaba la hermandad. En los distintos puntos del recorrido aguardaban otros altares, como el que estaba en la calle Cristo de la Sed montado por la hermandad penitencial y que presidía la Virgen de Consolación de Utrera de plata que va en la delantera del palio de Nervión de cada Miércoles Santo.

Tras la custodia, el palio era portado por seis hermanos de distintas edades, y tras ellos la muchedumbre que quería acompañar a la custodia de talla, que en los silencios de la banda aprovechaban para entonar cánticos. El barrio había madrugado para la procesión y se notaba.

Poco antes del mediodía, la custodia llegaba a las inmediaciones de la parroquia y se recortaba en el lienzo azul del cielo de junio compitiendo con la torre de La Concepción, esa inspiración que sirvió a los hermanos Caballero para levantar una custodia de la nada con cortes a caballo entre el Renacimiento y el Barroco sevillano. Tras la entrada, el barrio volvió a sus quehaceres, pero algo quedaba en las calles. El aroma del romero y el esplendor de una mañana de fiesta con sabores antiguos.

Puede ver en esta fotogalería todos los detalles de la procesión sacramental nervionense.

Miguel Pérez Martín

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