Decir Keycha en Nervión es llevar la mente hacia los perfumes del producto ibérico. Pero en el remozado Keycha hay mucho más. Os lo contamos.
Su lugar es discreto, pero a veces los sitios que merecen la pena requieren un pequeño esfuerzo de búsqueda. En la calle Espinosa y Cárcel llevamos viendo años la fachada acristalada de Keycha, en la que presiden como obras de arte los excelentes jamones que allí se sirven. Pero más allá del jamón y de la variedad de embutidos ibéricos que constituyen sus pilares, hay una serie de platos y productos que bien merecen una parada en este local.
Para comenzar, nos sentamos en una de las mesas que tienen dispuestas en la terraza en una calle un poco estrecha pero no muy transitada. El día acompaña y decidimos empezar por una tabla de quesos. Te dan la posibilidad de elegir entre una tabla de 4 quesos de los que tienen en la carta o de sumar uno o dos quesos asturianos (Gamoneo o Cabrales) para terminar el cuarteto. Decidimos pedir el que incluye el queso de Gamoneo. Los quesos van de la suavidad al sabor más fuerte e intenso que tendrá el Gamoneo. Se comienza con un queso alemán Bavaria Blu muy cremoso para pasar al payoyo tierno de Grazalema, luego a uno de cabra y terminar con el asturiano, Denominación de Origen de los Picos de Europa. Una apuesta segura y una calidad de los quesos excelente.
En la mesa tenía que haber jamón, por supuesto. Y decidimos pedirlo sobre tosta con salmorejo. El salmorejo tiene espesor, el pan está crujiente y el jamón cortado a la perfección brilla por el sudor de la grasa ligera. Una delicia. Y un poco más de jamón, aunque esta vez lo buscamos en el interior de unas croquetas. Ración generosa y superficie crujiente y fina que da paso a un interior cremoso de bechamel y buenos taquitos de jamón muy sabrosos. El servicio en todo momento es atento y cuidado, y los camareros explican con conocimiento lo que van trayendo a la mesa.
Para continuar, optamos por algo de pescado. La elección es una ventresca de atún encebollado. Plato caliente en el que el encebollado es sutil y la cebolla viene muy pequeña, casi imperceptible. Las lascas del atún se separan con facilidad y el pescado conserva los matices de su sabor a pesar del encebollado. Para terminar, había que apostar por una carne ibérica. A la brasa y sin alardes se presenta en la mesa la presa ibérica de bellota, con las marcas de la parrilla y el dorado en la superficie y el interior jugoso. La ración es abundante y se agradece.
Además, Keycha ofrece tras este verano complicado una nueva imagen y espacios más amplios en el interior y una gran carta de vinos que van de la manzanilla de Sanlúcar a los Rioja pasando por el palo cortao, olorosos o vermut de Jerez. En la carta también se pueden encontrar una selección de grandes conservas, guisos como la carrillada o el arroz negro con chipirones, o una colección de miniflautas para los nostálgicos del montadito.
Un lugar en el que reencontrarse con la buena comida, un producto de excepción y un servicio muy atento que te hace sentir en casa. La cuenta salió por 23 euros por cabeza, para que os hagáis una idea, y salimos con la barriga llena y muy satisfechos. Puedes encontrarlos en Espinosa y Cárcel, 12.