A los vecinos de Ciudad Jardín se les acaba la paciencia. Tienen que soportar botellones, insultos y pedradas a sus casas.
El lunes pasado por la noche una vecina de Ciudad Jardín compartía unas fotos en las que se veía a un grupo de chavales junto a un coche con las puertas abiertas haciendo botellón en uno de los tenis de Ciudad Jardín -los tenis son unas placitas características del urbanismo de este barrio-. Están en círculo y sin mascarilla bebiendo al aire libre mientras del interior del coche sale música a alto volumen. Según esta vecina, llegan a pedirles dos veces que bajen la música, algo que dice que le recomienda la policía por teléfono, ya que la vecina asegura que los agentes le han dicho que no pueden ir a patrullar en ese momento. En una de las fotos también se ve a uno de los jóvenes orinando sin ningún complejo en uno de los árboles de la placita, que está rodeada de viviendas. «Si mis hijas que son pequeñas miran por su ventana en ese momento ven a este chaval a 50 metros, y se veía todo perfectamente», cuenta. Esa noche el botellón duró hasta las 11 de la noche, cuando según esta vecina se quedaron sin batería en el coche y estuvieron intentando arrancarlo hasta que se fueron.
Madre de dos niñas, esta vecina dice que no puede callarse «ante estos hechos que han sido que han sido comunicados a los vecinos colindantes, que no quieren salir por miedo». Cuenta que están recibiendo la escucha y el apoyo de la asociación de vecinos de Ciudad Jardín, porque esto dice que sucede todas las semanas dos o tres veces: a veces vienen con coches como el último día, y otras «en grupos se meten en el parque, aún cuando estaba precintado con cinta y no podía usarse». Cuenta que otro día tuvo que avisar a la policía porque «de la borrachera empezaron a dar pelotazos a los coches». Otros vecinos que han denunciado esta situación anteriormente cuentan como algunos se han encarado con los vecinos y los han insultado a gritos ante sus quejas.
Un problema que viene de lejos
Es un problema que los vecinos arrastran desde hace meses. Mucho tiempo atrás, esta vecina había presenciado a las siete de la mañana mientras se arreglaba para trabajar cómo dos jóvenes ebrios estaban en los columpios, y uno de ellos se acercó a un hombre que estaba aparcando. El hombre le dijo que le habían pedido dinero y, al no dárselo, comenzó a golpear el coche y le rompió uno de los espejos. Ella llegó a escribir a la dirección del Distrito Nervión contando la situación el pasado mes de septiembre, y obtuvo respuesta. Aunque esta vecina agradece que le respondieran y le consta «que se preocupó en escribir y dar una respuesta», esa contestación fue comprendían la situación y el malestar de los vecinos, y que se iba a informar a la policía para disuadir a estos jóvenes de esos parques. «Es cierto que durante un par de tardes pasó un coche de policía siempre a la misma hora, a las ocho u ocho y media de la tarde, pero estos chicos a veces, y siendo septiembre, empezaban a las nueve», explica esta vecina.
A pedradas contra las casas
Otra cosa que se viene repitiendo son las pedradas contra las casas del barrio. Otra vecina contaba este martes por la tarde-noche que le habían arrojado piedras a la puerta de su casa, y no era la primera a la que le sucedía. Según esta vecina, cuando salió se estaban yendo hacia la zona de Alonso Cano, pero los describe como grupos de chavales, algunos de los cuales van en patinete y otros en bici.
Otros vecinos apoyan esta historia con más datos. Otra vecina se llevó «un buen susto» cuando el otro día le tiraron una naranja a la ventana de la cocina mientras ella estaba en esa estancia. Por su aspecto serían menores de edad y forman un grupo de 10 aproximadamente. Ayer mismo otros vecinos los vieron correr mientras huían de dos patrullas de la Policía Nacional por Doña María de Molina, y un vecino hasta salió a perseguirlos, pero no logró alcanzarlos.